Trauma: una nueva visión
por Marilia Reis em STUM WORLDAtualizado em 28/07/2012 10:26:33
Traducción de Teresa - [email protected]
En cualquier momento podemos quedar expuestos a situaciones potencialmente traumáticas, o presenciarlas en nuestro ambiente. Pese a todo, el trauma no se define por la magnitud de los acontecimientos, sino por lo que ocurre en el sistema nervioso como respuesta frente a éstos. Peter Levine, que lleva décadas estudiando sobre el tema, abrió esta perspectiva que disipa mitos y ensancha las bases de comprensión sobre cómo funcionamos en situaciones de peligro y amenaza para la vida.
Los síntomas del trauma no son, pues, causados por el evento amenazador en sí. Están relacionados con la inmensa carga energética que ha quedado acumulada en el cuerpo debido a la movilización de respuestas biológicas de lucha, huida o inmovilidad frente al peligro. La imposibilidad de completar estas respuestas que componen el repertorio de sobrevivencia está en la raíz del trauma.
En el mundo salvaje, la eficiencia y completitud de esos patrones biológicos de lucha, huida e inmovilidad garantizan a los animales el retorno a la auto-regulación natural, inmunizándolos contra el trauma. Con base en esta evidencia etológica y profundizando en las investigaciones sobre el comportamiento animal, Levine fue llevado a concluir que la curación de personas traumatizadas pasa necesariamente por restaurar la auto-regulación que han perdido.
Estudios en el campo de las neurociencias, fisiología, psicología, terapias corporales y técnicas meditativas han llegado entonces a crear los fundamentos conceptuales y prácticos para la metodología desarrollada por Peter Levine – la Experiencia Somática. Una vasta experiencia terapéutica, construida a lo largo de cuarenta años dedicados a atender a personas con las más variadas manifestaciones traumáticas, ha consolidado el método, divulgado y sistemáticamente enseñado en diversas partes del mundo.
Experiencia Somática: la conciencia de las sensaciones como guía.
Ayudar a los pacientes a descubrir en qué parte del cuerpo se han preparado para la acción y qué acción fue bloqueada es el eje del trabajo de los practicantes de Experiencia Somática. El proceso se verifica mediante el rastreo de las sensaciones que permanecen subyacentes a las emociones intensas que componen el trauma. Las expresiones faciales, los gestos y la postura revelan lo que ocurrió y lo que no ocurrió cuando vivenciaron una amenaza. El papel del terapeuta es supervisar esta experiencia de descenso al reino no verbal, ayudando a los pacientes a acompañar las sensaciones en su mutabilidad inherente. Las descargas graduales de la energía residual, ligada al imperativo instintivo que fue contrariado, van reorganizando el cuerpo y la mente. Observarlas atenta y curiosamente a través de las sensaciones que provocan es la clave para la salida del trabamiento energético que caracteriza el trauma. Estados de arrebatamiento, prontitud serena y confianza en los recursos del organismo son descritos como resultados duraderos de este abordaje.