Tu Alma Gemela está más cerca de lo que imaginas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/08/2010 08:25:44
por El Morya Luz da Consciência - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Cierta vez, un discípulo preguntó a su Maestro ya muy viejo por qué él nunca se había casado, y el Maestro contestó:
Yo buscaba la Mujer perfecta, mi mitad y, así, varias mujeres fueron apareciendo en mi vida; y las cualidades que yo buscaba y que me colmaban y satisfacían, unas veces las encontraba y otras no; cuando era inteligente, no era culta, cuando era sensual, no era guapa, cuando era organizada era una mema y así sucesivamente…
¿Lo que quieres decirme es que nunca has encontrado a la Mujer perfecta?
Sí, sí la encontré, pero entonces fue Ella quien me dijo que buscaba el Hombre perfecto y que éste no era Yo…”
La energía del amor es esencialmente calma y pacífica, alegre e inspiradora. No es pesada, fatigosa ni trágica. Algunas veces, os convencéis de que tenéis que estar juntos porque “compartís el mismo karma” y tenéis que “resolver algunas cuestiones juntos”. Utilizáis la “naturaleza del karma” como un argumento para prolongar la relación, mientras ambos estáis sufriendo intensamente. La verdad es que estáis distorsionando el concepto de karma. No resolvéis un karma juntos: el karma es algo individual.
Cada cual es responsable únicamente por sí mismo. Es importante comprender esto porque es una de las principales armadillas en las relaciones. Vosotros no sois responsables por vuestra pareja y ésta no lo es por vosotros. La solución de nuestros problemas no está en el comportamiento de la otra persona.
(Jeshua a través de Pamela Kribbe)
Todos procuran su querida mitad, o su “alma gemela”, como solemos llamarla y hemos de entender que las relaciones de tercera dimensión, las llamadas “relaciones kármicas”, tienen que acabarse. Son uniones en que los compañeros arrastran emociones no resueltas dentro de sí, tales como culpa, miedo, dependencia, celos, rabia y deben evolucionar para acompañar los cambios cósmicos.
El objetivo de ese tipo de reencuentros es proporcionar a las personas una oportunidad para entenderse como hermanos y elegir opciones diferentes de las que han elegido en otras vidas.
En esas uniones se repiten patrones emocionales vividos en otras épocas para que los implicados desarrollen una forma más iluminada de lidiar con la misma situación. Esos encuentros ejercen una fuerte atracción que impele a las personas a unirse con intensa pasión, pareciendo haber encontrado su alma gemela.
Sin embargo, los miembros de la pareja acaban manteniendo una relación conflictiva, y entonces el poder, el control y la dependencia se convierten en la tónica de dicha relación. El encuentro emocional de otrora, que dio lugar a cicatrices y traumas emocionales, funciona también dentro de la Ley de Atracción.
Son relaciones destructivas en las cuales no existe amor ni respeto. La intención del Plano Espiritual en estos casos es que ambos logren desapegarse amigablemente.
Uniones que causan emociones intensas, tristezas, angustias y de las que los implicados no logran liberarse, son karmáticas, pues la energía del amor es alegre, calma, proporciona seguridad, estabilidad y nos inspira cosas buenas.
Una paciente acudió a nosotros para recibir la Terapia Energética para el Ensanchamiento de la Conciencia y su queja era la pésima relación con su marido. Su angustia y su desengaño le causaron depresión y, como consecuencia, la pérdida de su empleo.
La dependencia económica acabó complicando la situación y exponiendo una realidad hasta entonces desconocida: ella solo era reconocida si correspondía a los anhelos materiales de su marido y cuando eso no ocurría él la trataba como a un peso muerto.
Cualquier solicitación monetaria por parte de ella, era motivo para que él dijese: “¿te falta algo aquí? ¿Por casualidad no tienes qué comer?”
Hasta el día en que la situación se le hizo insoportable y habiéndolo llamado para una conversación, él terminó diciéndole: “no te admiro; ¡eres muy simple! Me gustan las mujeres más sofisticadas”.
Su mundo se desmoronó, su autoestima resquebrajada la hizo ponerse enferma, originando un mioma en el útero que necesitó una operación quirúrgica para extirparle ese órgano.
La separación fue inevitable, pero su emocional sufrió graves secuelas pues ella creía que estaba unida a su alma gemela, por tanto, ya no quedaban perspectivas para ella.
Estuvo durante meses recibiendo Terapia acompañada de florales y participando en el Curso de Alineación de la Personalidad.
Hoy es otra mujer. Guapa, fuerte, segura de sí y más consciente de la realidad.
La única responsabilidad de cada uno es para consigo mismo. La importancia de comprenderlo así es fundamental para poder salir de las relaciones tridimensionales que hacen a las personas dependientes de algo/alguien fuera de ellas.
La visión distorsionada de lo que significa alma gemela hace que las personas busquen su otra mitad, ilusión que las lleva a irse fuera de sí mismas, olvidando su origen divino, donde somos enteros; somos lo masculino y lo femenino, somos el todo. “Nadie es mitad de nadie.”
En la tercera dimensión, nuestro ser va conducido por la personalidad que es dual y, estando en ella, vivimos la ilusión de la pasión.
Nadie se apasiona por nadie. La mujer se apasiona por lo masculino dentro de ella, reflejado en el hombre, y viceversa; el hombre se apasiona por su porción femenina, que encuentra en la mujer. Somos espejos, y un día nos decepcionamos con nuestra propia imagen reflejada en el otro.
Esa noción “inmadura” del concepto de almas gemelas nos lleva a comprender que somos esencialmente femeninos o masculinos y que necesitamos de nuestra otra mitad para completarnos en una unidad. Y la realidad es que somos enteros, somos yin y yang, y mientras no aprendamos a reconocer cada una de esas partes dentro de nosotros y a integrarlas, habremos de atraer relaciones de dependencia.
Entonces ¿no existen las almas gemelas? Sí, realmente existen, pero son idénticas en sentimiento, en amor, vibración, principios y ética. Son seres libres e independientes, que eligen compartir su vida con otro ser igual en esencia.
No están juntos para rescatar o aprender algo, pues las almas gemelas no tienen función en la dualidad. Sus propósitos son siempre divinos.
Solo cuando nos identificamos con la divinidad dentro de nosotros, somos capaces de encontrar nuestra alma gemela.
Cuando nos hacemos conscientes de nuestra unidad, empieza nuestra jornada de vuelta a la casa del Padre. Nos sentimos menos ligados a cosas externas, tales como status, fama, dinero o prestigio. Comprendemos que la clave de la felicidad no es la experiencia en sí misma, sino la manera en cómo vivimos esa experiencia. Creamos nuestra propia felicidad o infelicidad a través de la conciencia evolucionada.El Maestro El Morya dice:ben cuanto a las llamadas Almas Gemelas, su encuentro no se produce más que por el merecimiento, por más incesante e imperativa que sea la búsqueda. Y, caso se verifique sin el presupuesto Mayor de, juntas, alcanzar la Perfección, el encuentro será efímero como una flor que una vez cogida pierde la lozanía, el perfume, la existencia…(fragmento del libro MENSAJES DE LOS MAESTROS)
VERA G. GODOY.
