Tú entre la luz y la sombra
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/07/2010 09:43:44
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Nacemos de la Luz y nos desarrollamos según la dedicación y el amor dispensados por nuestros padres biológicos o sustitutos, en que el sentido de equilibrio en la ardua tarea de educar es la referencia que mueve la conciencia del educador responsable.
Los padres, sin embargo, no tienen la misión de darnos el apoyo material y moral más que mientras somos menores de edad, porque a partir de la mayoría de edad, los desafíos de la vida nos llaman a los enfrentamientos que impulsan nuestro crecimiento personal y profesional.
En el proceso vital, somos seres interdependientes y, al mismo tiempo, independientes porque buscamos la emancipación individual que representa la autoafirmación frente a uno mismo y a la sociedad. La realización personal depende de conquistas en los ámbitos afectivo y profesional. En esa dirección, nos sentimos satisfechos con la sensación de bienestar cuando el amor va bien y lo profesional también…
Pese a ello, no todo va bien cuando, inconscientemente, simulamos el “sentirnos bien” como forma de disimular una situación consciencial que, si observada desde el ángulo de la ética humana, nos causa angustia o remordimiento.
Es cuando observamos que nuestro crecimiento personal, en parte, está movido por los valores materialistas que envuelven la competición encarnizada, y muchas veces desleal, por cargos o salarios tentadores. Es cuando el orgullo, el egoísmo, la vanidad y la ambición, superan el fluir del crecimiento personal basado en la honradez, competencia y transparencia.
La inteligencia y la capacidad de elección por el libre albedrío, hacen de nosotros seres que transitamos entre la Luz y la sombra de una naturaleza que deriva entre lo psíquico y lo espiritual, y donde la facultad de discernir, generalmente, se encuentra “contaminada” por las impurezas que emanan de actos responsables por los bajos niveles de nuestra frecuencia vibratoria.
Alcanzar un buen nivel de sintonía, lo cual representa la verdadera sensación de bienestar o de equilibrio psíquico-espiritual, es un desafío que debe acompañar al hombre moderno en su fase de crecimiento y afirmación personal y profesional.
Descubrir valores éticos y espirituales en esa jornada consciencial se hace imprescindible para aquel que desea más Luz y menos sombra en su vida.
Solamente alteramos para mejor un patrón vibratorio cuando, lúcidamente, transformamos un modelo de comportamiento que nos desarmoniza por la acción de vicios de carácter, en otro modelo de comportamiento libre de desequilibrios psíquico-espirituales que nos acompañan desde hace mucho tiempo.
La transformación interior, por tanto, sigue un razonamiento lógico y matemático. Pero, sobre todo, depende de nuestro esfuerzo y perseverancia en querer cambiar para mejor. Y la vida es la oportunidad que tenemos para transformar lo que necesita ser transformado en nosotros mismos.
Crecer, progresar, tanto personal como profesionalmente, es deber del individuo que se valora ante la vida. Sin embargo, su evolución será todavía más completa si se logra por medios lícitos y honrados, porque contempla, de esa forma, valores asociados a las Leyes del Amor.
A lo largo de los siglos, la evolución del hombre viene produciéndose recorriendo los senderos sombríos y nebulosos de la inconsciencia, mezclados con caminos iluminados por el discernimiento y lucidez de la conciencia. Estamos en una fase de la humanidad en que los rumbos inseguros de las sombras serán, poco a poco, sustituidos por los rumbos que irradian la Luz de la seguridad y de la confianza en los pasos que han de darse en la senda del progreso.
Según el diccionario, el término “lúcido” es un interesante adjetivo porque nos muestra con transparencia lo que debemos ser en relación a lo que aún no somos: “brillante, límpido, claro, preciso. Que demuestra pleno uso de razón”.
El desarrollo de valores ilusorios que nos llevan de una forma desleal a conquistas de cargos o situaciones ambiciosamente deseadas, pero que con el tiempo acaban por provocar en nosotros dramas de conciencia, representa nuestro lado irracional y aún sombrío que necesita del despertar de nuevos valores para que la Luz de la lucidez supere las sombras de la ignorancia.
El bien y el mal que hay en nosotros dependen de que el foco de nuestra inteligencia esté dirigido hacia uno de ellos o los dos alternadamente. La insistencia en el mal que revela la inmadurez del espíritu, o el foco en el bien que revela su madurez, son determinantes en el sentido de la verdadera o falsa sensación de bienestar que experimentamos.
No olvidemos que la “conquista” del sentimiento de completitud (o felicidad…) depende del nivel de implicación que tenemos con el profundo significado de la palabra “lucidez”. Cuando elegimos el camino de la transparencia, empezamos a erradicar de nuestro interior la energía negativa de errores cometidos en el pasado. Única forma de liberarnos de la sombra y recorrer el sendero de la Luz sin miedo a ser felices.
Psicoterapeuta Interdimensional.
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