¿Tú eres Índigo o Cristal?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/05/2015 11:14:42
por Emanuelle Andrade - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Sin duda muchos de vosotros habéis leído, oído o estudiado sobre niños índigo y cristal, ¿no es cierto? ¡Aquellos que, según el color de su aura, han venido con misiones distintas para actuar en el Planeta Tierra!
Hay en la actualidad numerosos libros, artículos e investigadores que abordan este tema desde los campos de la educación y de la psicología hasta los de la genética y la metafísica. En Internet basta entrar en algún buscador y enseguida surge una lista de Websites que presentan descripciones psicológicas, conductuales, físicas y emocionales, incluso en cuanto al grado de evolución mental y espiritual de esos tipos de personas.
Se sabe que, en la historia de la humanidad, ya nacieron y nacen por aquí personas con auras de color rojo, amarillo, verde, azul, etc., y cada época nacen también personas con potenciales y quantum energético diferenciado de los humanos “normales” de su período. Y sin sombra de duda, esta vez los seres son los índigo y cristal. Pero ¿en qué se diferencian de nosotros? ¿Qué se proponen hacer? ¿Y que han estado haciendo?
Nancy Ann Tappe, pionera en los estudios sobre estos niños, especialmente los índigo, en su libro publicado en 1982 “Comprende tu vida a través del Color” (Understanding Your Life Through Color), identificó patrones de comportamiento de estos “nuevos” pequeños, basándose en el color que veía en esos seres. Ella describe que miraba el color del aura de estas personas para conocer cuál es su misión aquí en la Tierra, y qué han venido a aprender, cuál es su programa de estudios. Observó asimismo que desde el comienzo de sus estudios y según el tiempo iba avanzando, algunos colores desaparecían y otros se añadían, siendo que sólo en los años 80 se llevó a cabo el primer registro de un proceso de cambio conductual proveniente de estos niños, hoy clasificados como índigo. Posteriormente, ya en los años 2000, se produjo otro cambio semejante al observado con los índigo, pero esta vez el registro nos trajo a la luz los que denominamos niños cristal.
Es de advertir que los primeros índigo fueron los pioneros y abrieron camino, entre ellos podemos citar a Leonardo da Vinci, Einstein, Miguel Ángel, Galileo, etc. Después de la II Guerra Mundial nacieron un número significativo de ellos, que son hoy los índigo de más edad. Seguidamente, ya en la década de los 70 y los 80, nació otra gran oleada de índigos, y por eso tenemos hoy una generación entera de índigos que están al final de sus 20 y a mediados de sus 30 años, que, con toda seguridad, van a liderar nuevos frentes en el mundo.
La generación de los índigo es idealista y llena de principios innovadores; han nacido ya con mayor grado de conocimiento tecnológico y también con mayor desarrollo intelectual y creativo. Son guerreros e inquiridores natos y como propósito de vida tienen el romper los viejos patrones que ya no son útiles para la sociedad, o, mejor dicho, de transformar paradigmas ya caducados. Les guía un fuerte sentido de la justicia y tienen dificultad para desligarse de sus sentimientos y fingir que está todo bien. Así, incomprendidos y malcriados por familias diluidas y desestructuradas, se convierten a menudo en presa fácil de las drogas, las bebidas y la pereza.
A su vez, los niños cristal son el “salto cuántico de la humanidad”, ellos son extremadamente sabios, no son rebeldes y han venido para hacer progresar la comprensión de los humanos, aportando más sensibilidad al espíritu guerrero de los índigo, eligiendo siempre el camino de la ponderación y la conciliación. Son niños de inteligencia superior en todos los sectores, y sin embargo, tardan más en hablar, pues logran comunicarse de modo más telepático y viven por una conciencia de la Unidad. Son afectuosos, cariñosos, sonrientes y con frecuencia son maestros morales de los adultos, una poderosa fuerza de amor y paz en el planeta, considerándoseles precursores del reino de la buena nueva, como Jesús enseñó.
Desde pequeños, los niños cristal destacan por no aceptar injusticias, ni “medias verdades”, ni malos sentimientos. En el Brasil, el ejemplo más reciente de niño cristal que ha llegado a los medios ha sido Luiz Antônio Cavalcanti, de tan sólo 3 años, que explicaba el motivo de no querer comer el pulpo que le ofrecía su madre, alegando que las personas deben cuidar los animales, en vez de matarlos. Otro caso evidente es el de Isadora Faber, de 13 años, que ha creado una Página de Seguidores en Facebook, que denuncia los problemas en las escuelas públicas de todo el país.
La gran mayoría de estos niños índigo y cristal está en el anonimato. Aunque hay casos como el del joven Boriska, el niño ruso que dice ser de Marte; el de Akiane Kramarik, joven norteamericana capaz de dar vida a sus pinturas desde tierna edad; el joven hindú Akrit Jaswal que, a los siete años, llevó a cabo una operación quirúrgica en una niña de su aldea, entre otros.
Obsérvese que ser índigo o cristal es mucho más que sólo tener un color “x” o “y” determinante en el aura y ser clasificado como esto o aquello; es, sobre todo, tener actitudes positivas que benefician el Todo, y eso, ¡todos lo podemos hacer!
Hoy me acuerdo de las orientaciones de una gran amiga que aconseja a niños, jóvenes, adultos, viejos y hasta a bebés (sean índigo y cristal, o no), que debemos despertar para la realidad de que todos somos hijos de la Fuente Creadora y que, por tanto, la perfección es genética y está en todos.
No podemos perder ni un minuto más, pues ha llegado el momento de cambiar la realidad que no esté buena, de actuar para la salvación de la naturaleza, de luchar para que la justicia se establezca en el planeta, de trabajar para que los animales no sufran más, de trabajar para no sólo pensar, sino sentir más, procurar desarrollar la intuición para ligarnos con las dimensiones superiores, aprender la ley de la fraternidad, compartir la alegría y el bien.
Esto es ser índigo y cristal, ¡es ser activo! Y especialmente nosotros, jóvenes de esta Tierra, podemos aún hacer muchas cosas y ser esenciales en la construcción de una Nueva Era!
Abrazos,
¡Manu!
