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TU ORACIÓN INICIAL

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 11/04/2016 09:00:57


Autor Florencio Antonio Lopes - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

A quienquiera que yo pregunte cuál fue la primera oración que aprendió en la vida, me contestan siempre con sabiduría y unánimes: - “La primera fue el 'Padre Nuestro' y la segunda fue el 'Ave María'”.
Entonces, llevemos nuestros pensamientos a nuestra historia religiosa; y llevando mi pensamiento he ido a caer en uno de los nombres bíblicos más fuertes, el de Noé.
Noé sufrió mucho, cuando en un sueño recibió el mensaje de que tendría que salvar el mundo; este sueño vino a perturbar al hombre tranquilo y de paz que él era, y sus pensamientos se hicieron cada vez más confusos. Noé oraba siempre, y cierto día, cerca de una cueva, él venía dándole vueltas en su mente a la noticia de que debía salvar el mundo, y entonces se arrodilló cerca de aquella cueva y habló con Dios:

- “¡Oh Padre! ¿Por qué me has dado esta incumbencia? Soy un hombre que vivo para mi familia, no tengo poder alguno para dominar a esos hombres que se están extraviando de la vida verdadera y religiosa; no tendré fuerza para salvarme a mí y a mí familia y tampoco tengo condiciones morales para recibir un título honroso de Vos”. Y terminó así: “No es que quiera negarme, sino que la verdad es que me siento un inútil”.
En ese instante, una voz resonó en la mente de Noé, y decía: “Vas a encontrar a tu lado una plantita a la que siempre has considerado inútil, ella te enseñará”.

Cuando Noé volvió de su reflexión, miró a ver si encontraba la plantita y, al levantarse, mirando hacia delante, se deparó con dicha planta, que ya le era muy conocida, y como siempre, muy obediente Noé la llevó y la plantó en su patio.
En pocos días aquella planta se adueñó de todo el terreno, dando unas frutitas negras. Y entonces la voz nuevamente le habló: “Prueba una”.
Temeroso, puso una en la boca y la masticó, advirtió que la frutita era dulce y sabrosa, quedó encantado y fue entonces cuando empezó a pedir ayuda a la población para construir una barcaza, pero todos se negaron.
Él solo, Noé, juntamente con sus hijos y su esposa, empezó a construir el arca, una barcaza enorme. La alegría fue tanta que al regresar a su hogar se dirigió al patio y se puso a comer de las frutitas, una tras otra; y se fue poniendo contento, danzaba, cantaba y quitándose la ropa, se quedó dormido.

Mientras dormía recibió el mensaje de que cuando la barcaza estuviese lista, debía hacer entrar en ella a su familia, y una pareja de cada tipo de animales existentes en la Tierra vendría hasta él. Bien, lo demás es conocido por todos, él logró ser el primer hombre que salvó a la humanidad.
Él, con la ayuda de su familia, construyó la barcaza y consiguieron salvarse juntamente con los animales.
Entonces, ahí queda la oración inicial de Noé, aquella que hizo en la boca de la cueva. Y mi consejo es: ¿por qué no haces tu propia oración, como Noé hizo la suya? Quizá esté ahí el comienzo “de tu salvación”.

Abrazos

Florêncio Lopes
Médium Clarividente y de Sanación, Profesor Espiritualista: link [email protected]


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