¡Tu vida con el freno de mano puesto!
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 29/01/2010 14:33:41
Traducción de Teresa - [email protected]
Sí, este es un término que en muchos casos podemos aplicar, por más que aceleramos y buscamos alternativas permanecemos en el mismo sitio, simplemente porque buscamos las alternativas que no son correctas.
¡Este término en mucho se aplica a la vida afectiva de las personas, buscamos, buscamos y simplemente nos metemos en un lío de nuevo! Añadido al hecho de que la mayoría de las veces el nuevo amor resulta exactamente igual al anterior.
Hay algunas explicaciones plausibles, una de ellas es la atracción; incluso comprendiendo todas las tendencias a buscar determinado compañero o compañera, hasta hoy poco se ha descifrado sobre el proceso de atracción.
Como radiestesista digo que energías iguales se atraen, y dependiendo de la fase de vida en que te encuentras, esta es la energía que atraerás a tu vida como complementaria. Y ¿qué decir de la búsqueda cuando no estamos preparados, o sea, cuando tenemos las energías desequilibradas?
El modo de ser de una determinada persona es lo que la hace diferir de las demás ¡y esto nos atrae! Somos atraídos por alguien que nos da la impresión de ser la respuesta a lo que buscábamos.
Seguidamente viene la fase de la pasión, donde nada se ve, ¡el otro es simplemente perfecto! Es el momento de los sueños, de las fantasías, de las proyecciones, de las ilusiones. Parece que este encantamiento va a durar para siempre y que tú eres la única persona favorecida con vivir eso.
Tras esta fase las personas se enfrentan a las diferencias, la forma en cómo reacciona el otro no es la que te esperabas, surgen entonces las dificultades.
Este es el momento en que nos paramos a analizar ¿será esto lo que quiero para mi vida? Sobrevienen las decepciones y el rumbo de las cosas es siempre el mismo: la separación, para buscar a alguien más adecuado, o la acomodación, para no tener que ponerse frente a las diferencias encontradas.
Las mujeres, por lo regular, se casan considerando que pueden cambiar al marido, haciendo de él el hombre que desean; y los hombres se casan creyendo que aquellas chiquillas que un día fueron así tal como ellos querían lo seguirán siendo para siempre, ¡y esto nunca sucede! Por más que se cuenten y participen mil historias, las cosas siguen sucediendo de la misma forma.
De ahí el decir que tu vida tiene el freno de mano echado; es posible que estés, sin darte cuenta, años y años patinando en la misma historia o en las mismas historias.
El cuidar de nuestra energía personal, el deshacer los cordones emocionales, abrirá nuestra sintonía energética para que las cosas nuevas puedan ocurrir.
Yo digo que no necesariamente la ruptura o el acomodarse es la solución; el permanecer con la misma persona puede, sí, ser satisfactorio e incluso añadir crecimiento personal, siempre que ambos, tras percibir que se encuentran en esta determinada situación, partan hacia un equilibrio personal, cuidando de su energía.
Cuántas y cuántas veces hemos tenido la sensación de que cuando estamos cerca de determinada persona no nos sentimos bien. Sabes qué pasa, ¡puede que tu energía o la de ella estén fuera de equilibrio!
Hay además una fase peligrosa que es la lucha por el dominio, cuando uno quiere imponerse y dominar al otro anulándolo; caso esto se instale, podemos incluso llamarle magia mental, o sea persuadir al otro a hacer lo que tú quieres y disuadirle de sus propios deseos. ¡En esta etapa el diálogo no existe!
Cuando uno de los dos llega a mayor discernimiento, es posible que ocurra lo siguiente: vamos a dedicarnos a buscar la felicidad de la pareja y no la felicidad de uno solo.
En el caso que les cuento seguidamente tenemos mucho de lo que acabamos de relatar:
Una chica del interior de São Paulo me llamó para medir su casa; primero, por desconocer totalmente el tema, me preguntó qué era lo que se iba a hacer en la casa y cómo se procesaba el sistema de cura; le expliqué que primero hago la medición en la casa, evalúo todas las energías de cura del local y después hago toda la prospección personal a través de la mesa radiónica, verificando los posibles bloqueos y tratándolos.
Ella no mencionó al principio su intención, estuvo de acuerdo con mi sistema de trabajo, y se marcó la medición en su casa.
Al llegar allí evalué todas las energías del local, y no había ninguna energía más grave que curar allí; había, sí, muchas memorias de pared por riñas y discusiones constantes, que debían ser eliminadas. Le pasé las instrucciones de limpieza energética y fue entonces cuando ella me contó la historia: yo te he llamado aquí justamente por un problema personal; me contó que ella y su marido siempre habían sido una pareja perfecta, compañeros, cómplices, amigos en fin, complementarios; y de un tiempo a esta parte todo había cambiado, el marido ya no era el mismo, la trataba con agresividad constante y ella, por no comprender o no saber el motivo, respondía también con agresividad.
En fin, quería separarse de él, pero recelaba tomar la iniciativa por miedo a herir los sentimientos de los hijos y después tener que seguir viviendo con ellos en medio de su rechazo; esta fue la descripción íntegra – tenía miedo de ser rechazada por los hijos. Seguía entonces viviendo de aquella manera.
Entonces le aconsejé: ¿por qué tú y tu marido no hacéis un tratamiento energético, a fin de modificar esta sintonía entre vosotros? ¡Ella me miró algo asustada! ¿Cómo es eso, quieres decir que se puede resolver esta situación? Le dije que sí; por lo que estaba percibiendo, la energía de ambos estaba completamente desequilibrada y eso hacía que las agresiones se hiciesen constantes, además de la falta de paciencia.
Le propuse lo siguiente: ¡no es preciso que creas en la radiestesia, ni en un tratamiento radiónico, haz la prueba y verás cómo vas a cambiar! Tengo la más absoluta seguridad, incluso por experiencia, de que tu marido también va a cambiar.
Comencé los atendimientos con la mesa radiónica y la energía de la chica fue cambiando y estabilizándose, íbamos deshaciendo bloqueos de pasado e interferencias creadas a lo largo del tiempo. Cada día ella se sentía mejor y pasó a contemplar la fase del marido como pasajera, o sea, ella ya no entraba en la sintonía energética del marido; ella lo dejaba solo para pensar y reflexionar sobre lo que estaba haciendo.
Le pedí que repitiese ese comportamiento hasta que él le preguntase qué estaba pasando, y esto ocurrió después de dos meses. Observad el grado de distanciamiento que se estaba instalando entre la pareja; el marido sólo notó la diferencia en el comportamiento de la esposa después de dos meses.Él entonces un día le preguntó: ¿por qué estás diferente, pareces más calma o es que simplemente ya no te importo? Ella entonces le explicó que estaba haciendo un tratamiento energético personal, para elevación de sus frecuencias vibratorias, a fin de intentar retomar el punto en que el matrimonio se había perdido.
El cambio en el comportamiento de la muchacha era tan patente que el marido enseguida se interesó por saber cómo funcionaba aquello. Entonces le propuse a la chica: invítalo a hacer un curso de radiestesia contigo, para que él pueda comprender mejor todo esto y entonces optar o no por llevar a cabo el tratamiento.
Él asistió al curso de buena gana, se interesó por el tema y sin decir nada a la esposa acudió a mí para una consulta.
Me contó entonces lo que estaba ocurriendo: era dueño de una empresa, que había contraído numerosas deudas y la esposa ni siquiera se lo imaginaba. El endeudamiento había llegado hasta tal punto que él vendió la empresa y siguió en ella como empleado; pero esta norma del contrato no era aplicada, no lo respetaban, ni escuchaban su opinión, lo dejaban arrimado por allí; así fue como me describió lo ocurrido; esa era la fuente de todo su desequilibrio: vivía una mentira junto a su familia y para colmo no estaba realizado profesionalmente.
Hicimos entonces todo el tratamiento energético con diversas sesiones de mesa radiónica y los desbloqueos empezaron a producirse; un amigo suyo muy cercano acabó descubriendo su situación y lo invitó a entrar como socio en su empresa, que necesitaba de alguien con sus conocimientos comerciales y técnicos.
Concretizada la nueva situación y en marcha nuestro tratamiento rumbo al final, él decidió contar a su esposa todo lo ocurrido y decirle que recomenzar sí era posible y era lo que él más deseaba.
Lo que concluimos es que no siempre la mejor persona del mundo es aquella que no está cerca de ti; suelta el freno de mano y comprende el por qué de estar viviendo situaciones repetitivas.