¡Un día me di cuenta de que todo podía ser diferente!
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:59
Traducción de Teresa - [email protected]
Me desperté un buen día, en una mañana de festivo en medio de la semana, y sin planes... ¡qué delicia poder hacer nada! Por otra parte, una angustia en mi pecho pulsaba por observar cómo la gente puede ser ajena a los sentimientos de los demás, cómo podían aprovecharse de situaciones en provecho propio y aún lo peor: podían invertir la manera de analizar situaciones en beneficio propio.
¡El ser humano aún tiene mucho que crecer y caminar hacia la paz interior!
En segundos, decidí dejar todo eso a un lado y no entrar en esa vibración; sentí que tenía y aún tengo la obligación de hacer del mundo un lugar mejor para todos nosotros. Salir de esta vibración se ha vuelto una obligación para mí. ¡Solo entonces fue cuando me di cuenta de que todo estaba mucho mejor si yo no juzgaba! Y en ese exacto momento fue cuando el amor incondicional pasó a formar parte de mi vida.
Di gracias por cada cosa que me había sucedido, las buenas y las malas y di gracias asimismo por las relaciones que tuve y que tengo, pues nada nos hace aprender más acerca de nosotros mismos que las relaciones.
Reflexionar, analizar y abandonar conceptos arraigados exige determinación. Tuve en ese momento que abandonar varias creencias e ideas respecto de mí misma, de la familia y del amor. Amar no significa soportarlo todo, no significa olvidarse de uno mismo en función del otro. No significa abandonar tu identidad y hacerte pasar por tonto para recibir algo a cambio. En otras palabras, tuve que comprender que para amar y recibir amor de forma verdadera e incondicional, tengo que ser yo misma.
Hice, entonces, un enorme barrido en mi vida, eliminé lo que ya no tenía que hacerme daño y marché hacia un nivel de vida diferente. Percibí que los miedos y las amarguras estaban apilados, y tal como en una pila de libros, cuando decidía tomar uno de ellos, los otros se derrumbaban sobre mi cabeza. Muy lentamente, tuve que ir cuidando mi energía y equilibrándome, eliminando los bloqueos que una y otra vez me remitían a situaciones pasadas que me hicieron sufrir. Esa fase de desapego y limpieza no fue fácil. Hoy, mirando mi brillo y mi éxito, nadie imagina lo que he pasado para llegar a dónde llegué, es un aprendizaje, una jornada Divina. Toda esa limpieza y equilibrio han hecho que el amor incondicional pasase a formar parte de mi vida.
Ahora puedo decir de corazón abierto que no estoy apegada a nada; para no sufrir, prefiero abrir mano de cualquier cosa. Siento en mi corazón que esta misión Divina de ayudar a los demás a encontrar el camino de la felicidad, como lo he encontrado yo, es más importante que ninguna otra cosa.
El amor incondicional y el desapego aportan desarrollo espiritual, significan que pasas a ser más auténtica, pasas a hacer las cosas por amor, pasas a creer con enorme intensidad en tus ideales, y cuando esto se torna energía pulsante en tu vida, el éxito financiero viene. No hay ninguna necesidad de correr detrás del dinero, modifica tus conceptos, equilibra tu energía y también el éxito financiero pasará a formar parte de tu vida.
Si hoy en tu corazón percibes la presencia de algún sentimiento que no es bueno, encáralo como una señal de que si él aparece en tu vida es que hay una necesidad latente de eliminarlo. Resistirse significa abrazar el sufrimiento.
El inicio del camino de transformación se verifica justamente cuando entramos en contacto con nuestro corazón.
El caminar por la vida puede llevarnos a diversas sendas, pues ella tiene varias bifurcaciones, que son las opciones. En esas bifurcaciones podemos elegir el sufrimiento y allí permanecer durante años, o bien podemos decidir que nos hemos equivocado de camino, y que queremos elegir otra bifurcación. Qué maravilla ser dueños de nuestra vida; solo así tenemos el poder supremo de la elección. En ese momento, tal como yo me detuve y analicé mi vida, haz lo mismo y analiza si tu vida se encuentra tal como deseas.
Si la respuesta es no, vuelve al punto en que has tomado la bifurcación equivocada, busca ayuda, equilibra tus energías, elimina tus bloqueos y retoma tu andadura hacia el amor incondicional, pues solamente él podrá hacerte feliz.
En aquel punto de mi vida en que decidí cambiar, percibí de forma bastante clara que no eran los demás el problema, sino que yo misma era el problema.
¡Caramba, qué duro fue eso! ¡Criticar y juzgar no me llevaban a nada, porque las personas no cambiaban y yo era quien terminaba sufriendo! ¡Así que decidí cambiarme a mí misma!
La Radiestesia fue el pilar de sustentación de todo ese cambio en mi vida. Primero me cuidé mucho, transformé mi vida, y después entonces, encaré todo eso como un proyecto Divino de ayuda al prójimo mediante el empleo de la Mesa Radiónica.
En ese inicio de cambio, no obstante, hay un punto fundamental; es preciso que tú QUIERAS, que des el paso inicial; solo así el sufrimiento será eliminado de tu vida. Puedes estar seguro de que vas a eliminar las cosas malas de tu vida y que las buenas pasarán a formar parte de tu día a día; las cosas malas se convertirán en recuerdos que te han aportado aprendizaje.
Todo eso significa crecimiento interior, emocional y espiritual que, en realidad, es la capacidad de reconocerse y aceptarse a uno mismo y a los demás tal como son. El amor propio, la confianza en ti misma y la autoestima que vas a desarrollar en ese proceso, harán que tu vibración energética atraiga solamente a personas semejantes a esa energía.
¡Doy gracias por habernos encontrado en esta jornada Divina!
