Un Terapeuta en Casa
por Jaime Benedetti em STUM WORLDAtualizado em 04/06/2008 11:41:42
Traducción de Teresa - [email protected]
Tengo una amiga llamada Geny que desde hace unos 3 años me telefonea diariamente, y cuando no lo hace, al día siguiente me llama dos veces. Siempre protestando contra la vida, en una postura negativa de victimismo.
“¡De hoy no paso, pero no paso de verdad!” Es así como ella empieza siempre la conversación. Calmamente le pregunto: “¿No has sobrevivido anteayer y ayer?” Inmediatamente ella corrige: “¡Pero hoy mi problema es más grande que los de los días anteriores y de hoy, estoy segura que no paso, de verdad!”
Esta situación ha venido arrastrándose sin alteración, hasta que un día, después de hablar con Geny, me he sentido profundamente cansado, incluso por haber despertado muy temprano y entonces fui al baño para lavar la cara y viéndome en el espejo ¡llevé un susto! Tenía el semblante perturbado y abatido. ¡Miré para mis ojos y fijándome en ellos empecé a reír a carcajadas, a llorar, jugar, hablar, protestar por mis problemas, desahogando todo cuanto había enfrentado en aquel día y permanecí en este “trance” durante unos 30 minutos! Ahora en situación ridícula, ahora simpática, ahora extraña, ahora deprimente, pero he salido muy aliviado, pues todo cuanto me estaba perturbando había desaparecido como por encanto.
¡Tuve una corazonada! ¡Encontré una solución para mis problemas!
Llamé a mi esposa, que por cierto es terapeuta y le dije: “Acabo de descubrir que tenemos un Terapeuta en Casa” y ella contestó: ¡Ya sé que lo tenemos! No, no me has comprendido, además de ti, tenemos otro terapeuta que acabo de conocer ¡y voy a recomendárselo a Geny!
¡Es el Espejo!
¿Qué te parece? Ella me miró fijamente y dijo: “Algunos terapeutas consideran que Reflexionar es dirigir la mirada al espejo de tu conciencia interior, por tanto estoy de acuerdo contigo!” El teléfono sonó en seguida y adivinad...
¡Hola! ¿Geny? Antes de que ella dijese la primera palabra le rogué que fuese hasta el espejo y permaneciese, durante 30 minutos mirándose directamente a los ojos y conversase consigo misma como si fuese conmigo y escuchase las respuestas de su imagen reflejada en el espejo.
Esperaba que Geny me telefonease el mismo día o al siguiente y para mi sorpresa ella no telefoneó. ¡Esperé otros tres días y nada! Empecé a preocuparme y a hacerme preguntas. ¿Habré sido insensible? ¿Se habrá puesto enferma? ¿Se habrá suicidado de veras? Tomé el teléfono y la llamé “corriendo” y confieso que sentía mi corazón palpitar fuertemente y mi propia respiración jadeante, de tan ansioso como me puse.
Ella atendió toda feliz, súper alegre, muy dispuesta y yo con cierto recelo le pregunté: “¿Qué ha pasado contigo? ¡Nunca más me has telefoneado! ¿Algún problema? ¿Estás enferma? ¿Necesitas algo?” Ella me respondió: “¡Discúlpame, no tengo tiempo para telefonearte!” ¿Por qué? Dije yo. Con tranquilidad ella me respondió: “Ahora tengo un Terapeuta en Casa y resuelvo mis problemas directamente con él y todo me va bien en la vida. Diariamente hago sesiones de 30 minutos mirándome a mí misma en el espejo y hablando con él, hablo con mi corazón, con mi alma y resuelvo todo cuanto tengo que resolver y después salgo a cuidar de mi vida, pues he descubierto que tengo mucho que hacer. ¡Gracias por el “consejo”! ¡Me ha servido de verdad! ¡Adiós!” ¡Y colgó el teléfono!
Geny, al igual que yo, ha descubierto que podemos solucionar la mayoría de nuestros “problemas” tan sólo mirando dentro de nuestros ojos y encontrando en nosotros mismos las posibles soluciones. “¡El papel del terapeuta es ayudar al otro a percibir su propia Luz y a elevar su conciencia! Son facilitadores de nuestro crecimiento personal y espiritual, pero tenemos que desarrollar la capacidad de enseñarnos a nosotros mismos y creer en nuestro potencial de elevar nuestra conciencia y nuestro patrón vibratorio.”
Quien lo desee, puede enviarme un e-mail, que tendré el máximo placer en indicarle un “Excelente Terapeuta”...