Una mirada sobre la pasión
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/10/2009 14:15:20
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Nada existe de grandioso sin pasión”. (Hegel)
Sea en el amor o en el dolor, nada ocurre por acaso y todo tiene una razón para suceder. Y en esa complejidad de seres que se aman o se odian llamada vida, existe una energía de intensa experiencia emocional para aquellos que se envuelven de cuerpo y alma en las relaciones de amor, de creación artística o de pesquisas en el área de la ciencia.
La pasión, el sentimiento más intenso experimentado por el hombre durante su trayectoria terrena, es movida por energías bio-psíquico-espirituales que pulsan incesantemente, forzando el paso y estableciendo conflictos entre lo que Sigmund Freud denominó las “instancias de la personalidad”, o sea, el id, el ego, y el superego.
Y ante el escenario de lucha entre el inconsciente y el consciente, el hombre reprime (bloquea) la manifestación de sus instintos y cede a las presiones del superego, o por el contrario, libera la presión del instinto (id) y permite la salida de la energía que lo agobia internamente...
Sin embargo, la experiencia humana que se manifiesta en el ámbito de la inconsciencia aún es una incógnita para la ciencia. Son muchas las dudas, como por ejemplo: “¿Por qué el sentimiento pasional se manifiesta intensamente en algunos individuos y en otros está ausente en toda la experiencia vital?”
Encontramos la respuesta en el sentido de la vida, que es la búsqueda del equilibrio bio-psico-socio-espiritual. Por tanto, las experiencias en el ámbito de la pasión sirven para que los individuos rígidos o indiferentes a las relaciones humanas que implican sentimientos y emociones, puedan experimentar otro nivel de relaciones consigo mismo, con el otro y con el mundo que les rodea. Liberándose, de esa forma, del “cliché” de sucesivas reencarnaciones centrado en rígidos principios de origen egocéntrico. Son espíritus que por medio de experiencias pasionales, necesitan salir de sí mismos para contemplar el mundo de una forma más sensible y enriquecedora para el alma...
¿De dónde viene la energía de las inspiraciones artísticas, de la persistencia de los investigadores, inventores, misioneros religiosos y de los amantes envueltos en una intensa relación de cuerpo y alma?
¿De dónde viene la energía pasional de los protectores de la naturaleza, de los predicadores de la paz y de los individuos implicados voluntariamente en tareas de ayuda al prójimo?
Viene de la experiencia vital en el ámbito de la pasión. Experiencia-aprendizaje que les ha mostrado que la vida sin emoción y sentimientos se convierte en una relación estéril consigo mismos y con el mundo de relaciones interpersonales e interdimensionales en que se encuentran intrínsecamente inseridos.
Las mentes más perversas, maquiavélicas, que asociadas al poder han sido responsables por grandes tragedias humanas, se revelaban por detrás de máscaras encubridoras de la personalidad, un comportamiento patológico en que inexistía el aprendizaje de la pasión en su sentido más profundo y humano.
Por otra parte, las mentes – y corazones – implicados en el acto de la creación o en actos de solidaridad y de fraternidad humana, han sabido sacar provecho de experiencias vivenciadas en la energía de la pasión.
La experiencia pasional, de la intensidad que fuere, sirve para que el espíritu busque su orientación dentro del contexto universal, teniendo como referencia la percepción (o sentido) de equilibrio vital que se encuentra asociado a la sensación de paz interior y al sentimiento de felicidad posible...
En ese sentido, el individuo armonizado e integrado en su experiencia de relaciones interdimensionales con su realidad de convivencia humana, es aquel que se encuentra en avanzado nivel de cura de sentimientos negativos relacionados con la posesión y la pérdida, resultante de experiencias mal resueltas en la esfera de la pasión afectiva.
Cuando la percepción racional y el sentimiento pasional por la vida caminan juntos en la búsqueda del equilibrio, es signo de que el espíritu ha sabido sacar provecho de sus experiencias, tanto en el ámbito de la pasión como en el ámbito de la razón.
Somos lo que sintonizamos en nuestras vivencias de conexiones interdimensionales. Y la energía “de lo que somos” nos acompaña allá donde estemos, alternando positiva o negativamente según lo que elaboramos de nuestras experiencias en la materia. Y la pasión bien resuelta... el sentimiento que se eterniza en la visión de lo que es bello y en la experiencia de lo que es intenso.
Psicoterapeuta Interdimensional
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