Una oración al eterno que vive en los corazones
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 22/01/2009 15:10:16
Traducción de Teresa - [email protected]
(Un Viaje Espiritual en la Dulzura de una Mirada Silenciosa)
Que tú encuentres el amor más lindo dentro de tu propio corazón.
Que tú veas a tus hijos como regalos del Eterno.
Que tú aún te encantes con las cosas más simples de la vida.
Que tú no te iludas con las luces efímeras del mundo.
Que tú sepas extraer de los reveses sabias lecciones de vida.
Que tú perdones, aunque nadie lo entienda.
Que tú veas cada día como una bendición de luz y recomienzo…
Que nada pueda alejarte de tus mejores propósitos.
Que tú escuches música y te sientas agradecido.
Que tú no te olvides de tus padres y los honres con tu atención.
Que tú seas justo, sin jamás perder tu corazón y tu canción.
Que tú no te apegues al pasado; hay tanto para aprender…
Que tú no te olvides de quien te ayudó; gratitud es sabiduría.
Que tú conserves tus amigos verdaderos; ellos son joyas de tu vida.
Que tú sostengas a tus hijos en brazos, como el Eterno sostiene a las estrellas.
Que tú contemples a tu compañero (a) como un regalo de la vida.
Que tú llores, si es preciso, pero que tus lágrimas sean lindas.
Que tú rías, principalmente de ti mismo; ¡la alegría es fundamental!
Que tú no tengas odio en tu corazón, pues eso empobrecerá tu canción.
Que tú superes tus pruebas, con coraje e inteligencia.
Que tú abras tu corazón para el amor, como la flor se abre para el sol.
Que tú beses a alguien amado como los rayos solares besan las flores.
Que tú hagas el amor con luz en los ojos y gratitud por el regalo.
Que tú no detengas a quien quiere irse. ¡El amor no es una jaula!
Que tú te atrevas a ser tú mismo, ¡pero sin arrogancia!
Que tú jamás olvides que hay un Poder Mayor en todas las cosas.
Que tú ores, en espíritu y verdad, sin miedo de abrirte para el Cielo.
Que tú converses con el Eterno, de corazón a corazón, sin dramas.
Que tú contemples la luna llena, extasiado, como un crío.
Que tú huelas el aroma del café y te sientas cada vez más vivo.
Que tú tomes un té con los ojos cerrados y pienses en algo bueno.
Que tú te recicles, te airees, para no crear telarañas en tu vida.
Que tú tengas la edad que tu espíritu te diga, sin miedo a las arrugas.
Que tú no envejezcas sin madurar; ¡jamás dejes de reírte de un chiste!
Que tú siempre trates bien a tu crío interior; ¡los críos son vida!
Que tú siempre desconfíes cuando la música ya no te encante.
Que tú percibas el peligro de ser tomado por la irritación fuera de lugar.
Que tú no pierdas tiempo con chismes ni te exasperes con sandeces.
Que tú sepas valorar a personas de energía limpia y toque estupendo.
Que tú te atrevas a andar con un sol en la cara y un gran amor en el pecho.
Que tú no te engañes con las apariencias; hay mucha gente buena en este mundo.
Que tú no mires raza, religión, sexo o cultura; contempla al Eterno en cada ser.
Que tú jamás consideres que has perdido algo o a alguien; ¡el Todo está en todo!
Que tú sientas lo que he sentido yo al escribir todo esto, en espíritu y en verdad.
Que tú veas luz en estos renglones; la misma luz que está en tu corazón.
Que tú sientas un Gran Amor; el mismo que me ha hecho escribir…
Que tú escuches alguna canción querida y te sientas muy bien.
Que tú seas feliz, incluso aunque nadie lo entienda.
P.D.: Aquí, en medio de la madrugada de la gran metrópolis de acero y hormigón, donde el Gran Arquitecto del Universo me ha colocado para vivir, trabajar y aprender, yo me atrevo a escribir lo que mi corazón siente.
Mi cuerpo está en el plano físico, pero mis pensamientos y sentimientos vuelan lejos, más allá del horizonte de los cinco sentidos…
Entonces, reposo la mirada en otra mirada, en algún lugar, en la inmensidad, por entre los planos… Y me siento pequeño ante el amor sereno que desciende aquí. Sí, muy pequeño, como la flor besada por los rayos solares.
Hay cierta dulzura en esa mirada silenciosa. Una lucidez perenne, plácida, como un cariño secreto. Es pura comprensión.
Y me quedo pensando: “¿Será que Él ha visto estos escritos que he hecho por impulso, sin siquiera saber por qué? Y su dulzura silenciosa, ¿viajará juntamente con estos escritos, hasta otros corazones?”
Quién sabe si esto es solo el Eterno.
Yo solo sé escribir lo que mi corazón dice, en espíritu y verdad.
Y quedo agradecido, solo por eso. Como una flor abriéndose en la aurora.
Yo soy la flor y el ((Rishis – del sánscrito – sabios espirituales; maestros de la vieja India; mentores de los Upanishads) ) rishi(*) que me mira es la aurora.
Entonces, que su luz silenciosa siga… Para abrir otras flores por esos mundos de Dios, como debe ser.
(Dedicado al sabio espiritual ((Ramana Maharishi – 1879-1950 – Nacido en 1879 en el Sur de la India (Madura), Venkatraman Aiyer completó sus estudios en el liceo americano de esa ciudad. A los 17 años vivió, en la tranquilidad de su cuarto, la experiencia intensa de su muerte, contemplando enseguida la fuente divina de su ser. Poco después, una llamada interior le obligó, en 1896, a dejar todo y retirarse a una gruta en Arunachala, montaña sagrada cercana a Tiruvannamalai, al Oeste de Pondichery. Hacia allá fueron atraídos los peregrinos que buscaban a este asceta transfigurado, que pasó a ser llamado Maharishi (Gran Sabio). La llegada de más y más peregrinos llevó a la construcción de dos ashrams cercanos a la gruta. Ramana Maharishi nada escribió, pero quienes le rodeaban registraron los diálogos que mantuvo. El sabio siempre acentuó su preferencia por un método sencillo, ligero, directo y desembarazado. La metáfora del buceador es particularmente reveladora de su estilo. Al responder a la cuestión ‘¿quién soy yo?’, es preciso bucear dentro de sí mismo. El espíritu concentrado sobre un único punto, y asimismo la palabra y la respiración en suspenso, propician el encuentro con la conciencia personal. Ramana Maharishi falleció en Tiruvannamalai en 1950. Su presencia y su silencio constituyeron una enseñanza inestimable para sus discípulos.) ) Ramana Maharishi)(*).
Con gratitud y amor.
Paz y Luz.
Wagner Borges – pequeño corazón, que no sabe cómo agradecer los regalos espirituales que recibe de lo Alto; pequeña flor bajo la luz del ((Samadhi - del sánscrito - expansión de la conciencia; estado de conciencia cósmica)) samadhi(*) ; crío del Eterno en un cuerpo de hombre hecho; neófito de la vida y médium de un amor que no se explica, solo se siente…
Obs.: Mientras yo escribía, rodaba en el equipo de sonido el bello CD ‘Madcap’s Flaming Duty’ – de la banda alemana de rock progresivo/electrónico Tangerine Dream – 2007 – Importado.