Usted construye castillos de arena o ¿castillos de verdad?
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 13/08/2006 08:50:13
Traducido por Melissa Park - [email protected]
“Quien todo quiere, ¡nada tiene!”, ¡siempre repite mi madre!
Durante mucho tiempo, consideré esta frase un tanto pesimista. Probablemente, cosas de hija ¡queriendo contrariar las convicciones de la madre! Hoy, mucho menos armada y bastante más dispuesta a reflexionar, aunque sea sobre los dichos populares, pienso que allí está la respuesta para muchas de nuestras confusiones actuales.
En primer lugar, creo que frases como esas cargan buena dosis de la sabiduría contenida en el inconsciente colectivo y por eso, valen al menos una ponderación. Después, he notado que una de las mayores dificultades de las personas, en un tiempo en que las opciones son innumeras, es ¡hacer elecciones!
Se que entre el si y el no, existe una infinidad de posibilidades y realmente creo que eso ¡es óptimo! Se también que el equilibrio, la ponderación y el tan reforzado “camino del medio” son formas de alcanzar la elevación espiritual y la madurez.
En tanto, una verdad es absoluta: la vida está pasando cada vez más rápido. Tamaña velocidad ha asustado a la mayoría de nosotros y parece que esta urgencia de ser feliz ha servido para causarnos angustia, ansiedad y una enorme sensación de vacío interior.
Lo que es esencial parece que se está tornando ¡cada vez más fugaz! Y perdidos en esta fugacidad, hemos hechos elecciones equivocadas, privilegiando aspectos efímeros, pequeños, sin importancia, en detrimento de aquello que nos podría conducir al verdadero estado de plenitud interior.
Sé, ¡no es fácil! Todo el tiempo, nuestros sentidos son convidados a lo superfluo y a la apariencia. Poco y nada somos estimulados a divisar el contenido, a apreciar lo que de hecho tiene sentido, lo mejor, lo que podría realmente dar sentido a la vida es lo que la gente lleva a la ligera...
Y así, ¡perdemos el foco! No conseguimos más crear castillos de verdad y vivir historias de verdad. Vivimos en castillos de arena que se desmoronan en secuencia. Pero no desistimos: construimos otro y otro en la misma medida que los vemos caer. Al final, para construir castillos de arena precisamos de apenas una tarde y nada más...
Pero para los castillos de verdad precisamos de disponibilidad, atención, dedicación, perseverancia, creatividad, persistencia, en fin, actitudes pautadas por el corazón. Y hay más: para vivir en los castillos de verdad, precisamos encontrar nuestra porción de reyes y reinas y comportarnos como tal.
Da trabajo y requiere algo que parece hemos perdido: la capacidad de hacer una elección, comprender que ella tiene un precio y trabajar para pagarlo. Por último, exige que abramos mano de las demás opciones y no más pactemos con el tan célebre “quiero todo y puedo todo lo que quiero”. ¡No podemos! De verdad, no podemos. Hasta porque querer todo no es el objetivo.
El gran objetivo es descubrir lo que realmente queremos y hacer ‘todo’ para que sea nuestra mejor conquista. Y especialmente en el amor, cuando la intención es seducir un corazón, es esta postura la que hace que la conquista ¡valga la pena!
El fin es, que consigamos convertirnos en constructores de castillos de verdad y, sobretodo, seamos merecedores de vivir en ellos, a partir de una conducta que revele ¡nuestra sublime majestad!
