Vamos a ver qué vendrá...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 30/04/2011 09:28:39
Traducción de Teresa - [email protected]
Parece que las cosas forman mucho sentido y ahora que puedo vislumbrar la parte ya montada del puzle me veo pasando por un parto, en el cual hay dolor, pero también la certeza de un nacimiento…
Un nacimiento en la tierra… de la Madre Tierra.
Percibo tantas cosas de una forma tan diferente… estando aún acostada… por la mañana muy tempranito, he podido sentir cuán simple es lo que ha sido tan complicado…
Pensaba que no hay nada más sagrado que honrar a nuestro cuerpo y a nuestra Tierra, aceptándonos tal como somos y donde estamos… a fin de cuentas… solo así podremos recibir lo Sagrado y ser Uno con el Todo que es… Es aquí en la Tierra, en este cuerpo… como podemos acceder a todo el Universo.
No entiendo por qué las creencias y religiones siempre colocan el objetivo como algo inalcanzable aquí en la Tierra… como si la felicidad solo pudiese ser del reino de los cielos… Cuánta culpa han echado sobre nuestros hombros, hombros aún inocentes de quien acaba de nacer… Cuánto sacrificio para salvarnos y cuanta carga han puesto… donde solo había Amor… Y en medio de tantas historias mal contadas el Amor que Jesús nos dejó, casi queda escondido entre tanto dolor… sacrificio… culpa… pecado… Cuando Él traía el Amor…
O mejor… incluso lo entiendo… si para tenernos bajo control era preciso que no estuviésemos en posesión de todo nuestro poder de humanos/divinos.
Y nuestro cuerpo, el pobre… ha quedado como símbolo del pecado… cuando en verdad es el recipiente perfecto para que accedamos a Dios.
La imagen es clara ahora… Somos lo que estamos buscando…
Somos cuerpo y Espíritu en Uno… y para realizar esa unión es preciso que honremos nuestro cuerpo y lo aceptemos como recipiente perfecto para la manifestación de lo Divino… como el Grial.
Yo que siempre he buscado el Cielo… ahora busco la Tierra para recibir el Cielo. Pero fue un largo camino… ay, si lo fue.
Es que nos han contado tantas historias intentando desviarnos de lo obvio, de lo simple, que han acabado por conseguirlo… Hemos creído tantas cosas que los libros antiguos nos cuentan que casi nos hemos olvidado de mirar la perfección de quienes somos aquí y ahora…
Pero aún es tiempo… aún es tiempo de volver a casa, aún es tiempo de percibir que nuestra casa es aquí mismo en la Tierra… y que solo contamos con el presente…
A partir de esa aceptación podremos vivir el Cielo en la Tierra, no antes… así es como lo siento.
No sirve de nada mirar hacia arriba como si nuestra felicidad estuviese allí… Ella está dentro.
No sirve de nada rezar por un reino que vamos a alcanzar en algún lugar o algún punto en el futuro… el Reino es aquí y ahora…
Ese sentir que es nuevo para mí ha venido después de una experiencia fuerte ocurrida recientemente…
No me encontraba bien… tanto que me acosté, y en el duermevela pedí ayuda… Gran Misterio… Madre Tierra ¡ayudadme!
Era ciertamente una angustia de estar en una forma de ser que no satisface… un presentir algo, pero sin saber qué…
La opresión en el corazón y la súplica desde el fondo del Alma.
Y la respuesta se manifiesta por la Madre Tierra que se me aparece en una voz profunda y temblorosa… como un eco.
Tienes que ir al centro de la Tierra… pero primero debes pedir la bendición del Padre Cielo…
En aquella angustia me vi implorando esa bendición… y nada… solo silencio.
Me puse a pensar si el silencio podría ser la bendición… cuando veo una lluvia de un polvo dorado, como oro… finísimo, caer del cielo y cubrir mi cuerpo con delicadeza… dejé correr un llanto de gratitud muy verdadero, sin saber que lo tenía reprimido…
Ya bendecida por el Padre Cielo… pregunté a la Madre Tierra cuál era el camino para el centro de la Tierra… y Ella me contestó que el camino iba a revelarse… y que el centro de la Tierra podía manifestarse como cualquier cosa… y yo debía sentir con mi corazón si efectivamente era allí…
Mal hubo acabado de hablar… sentí la tierra abrirse bajo mis pies y yo viajando hacia dentro… No era una mala sensación, pero tras cierto tiempo me causó falta de aire…
Hablé con Ella… y la Madre me mandó respirar… Así lo hice con calma y se me fue pasando… hasta que me vi dentro de una barriga… como un bebé, y podía sentir el cordón umbilical que me ligaba a aquella Madre… a la Madre Tierra.
Me sentía protegida y leve… Allí no existía dolor, ni dudas, ni búsquedas… nada.
Solo la cercanía protectora…
Pensé si allí no sería el centro de la Tierra, como ella me había dicho… y sentí en el fondo del corazón que allí era el centro de la Tierra y que yo estaba ligada a Ella.
No sé cuánto tiempo permanecí allí disfrutando de ese abrigo, relajada y entregada…
Hasta que noté un movimiento y consideré que era la hora…
Y así… como en un parto, me vi naciendo nuevamente… sentía una energía muy nítida en mis manos, más en la derecha, y en mi cabeza cierta presión…
Y Ella me dijo que esperase tres días…
Incluso había olvidado que el viernes era el día que ella me dijo que esperase… cuando recibo la llamada telefónica de una amiga, a quien había contado respecto de mi experiencia con la Madre Tierra y ella me dice que estaba mirando la televisión con su hija cuando vio que aquel día, el 22 de abril era el día de la Madre Tierra…
Me alegré mucho y me sentí muy agradecida, porque por más reales que sean las experiencias, cuando viene una confirmación por sincronismo, esto refuerza nuestra Fe…
Que la Madre Tierra me indicase su Día no me dejó dudas de mi contacto con Ella.
Me sentí renovada, con una percepción diferente de las cosas y con gran libertad… y percibo que me está encantando tomar el Sol… cosa que no me gustaba mucho…