Viaje Espiritual - Miles de soles
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 16/10/2007 16:48:23
Traducción de Teresa - [email protected]
En el centro del ojo espiritual, miles de soles.
En el corazón, solamente una llamada: la del amor incondicional.
En los chacras, la pulsación psíquica.
En las manos, la luz de la cura.
Al tumbar el cuerpo en el lecho, una llamada:
Aquella, la del viaje espiritual...
En el corazón, una plegaria al Todo;
Para ser útil allá donde lo desee el Supremo.
Discernimiento y lucidez, serenidad espiritual.
Pensamientos profundos, para más altos vuelos...
Alegría en la jornada espiritual, para obtener levedad.
Para ir y venir, siempre feliz.
P.D.: En la Tierra o en el Espacio, CONSCIENCIA.
Dentro o fuera del cuerpo, ALEGRÍA.
En los chacras, LUZ.
Y en el ojo espiritual, MILES DE SOLES.
- Estos escritos tan sencillos van dedicados a los buenos proyectores y estudiantes sanos – de todas las líneas de estudio – de este maravilloso arte de las experiencias fuera del cuerpo. Que el Gran Arquitecto del Universo ilumine sus jornadas, intra y extra-físicas, y les dé fuerzas e inspiración para continuar estudiando y trabajando en este tema tan maravilloso.
Paz y Luz.
São Paulo, 7 de mayo de 2007.
- Wagner Borges – sujeto con cualidades y defectos, maestro de nada y discípulo de cosa alguna, siempre estudiándolo todo, con la mente y el corazón abiertos...
EN LA CATARATA DE LUZ CON LA MÚSICA QUE CURA
(Testimonio de un Músico Extra-físico Revitalizado y Feliz)
“Sí, yo estoy aquí.
Después de mucho tiempo, estoy feliz.
Totalmente desintoxicado, en esta catarata de luz.
Mis versos eran ácidos, como yo mismo.
Y mi música era fuerte y vibrante.
He mezclado flores y garra celta en las canciones.
En los espectáculos en vivo he liberado mi fuego.
Pero por dentro yo quemaba más de lo que podía.
Y nada me satisfacía; ni drogas, o alcohol.
Pero yo insistía, mientras el fuego me consumía por dentro.
Al mismo tiempo, yo cantaba y tocaba, pues eso era mi vida.
Era entonces cuando yo conmovía a la gente con mi sonido, con mi fuego.
Lo negro y lo blanco, lo ácido y lo suave, el placer y el dolor... ¡Todo era sonido!
Y el fuego dentro de mí se extendía más y más... Era un fuego sin término...
Mi madre lo sabía, pero nada podía hacer. Tan sólo ella me comprendía.
Y mis amigos veían que yo ahogaba mi sonido en el alcohol excesivo.
Y las drogas me arrebataron la salud para sacar adelante a mi banda.
Estaba a la vista para todos, y yo mismo sabía del hoyo en que me hundía.
Las drogas y el alcohol calmaban mi fuego, pero me consumían de todos modos.
El fuego maldito quemaba mis flores y acababa con mi sonido.
Intentando apagarlo, yo acababa por entorpecerme; y alto precio he pagado.
Mi salud se ha ido, mi banda se desintegró, y mis canciones se han mustiado.
Ya no era posible continuar... Era un mal viaje y ya no aplacaba el fuego.
El espectáculo había llegado a su final, sin palmas ni buen sonido, solamente con mi disgusto.
¡Yo había perdido la dulzura, las flores y la alegría de vivir; mi música ya era!
Mi bajo, tan potente, gemía de dolor mientras el fuego me quemaba.
¡Ah, madre mía! Sólo tú comprendías el llanto ácido de mi corazón.
Tu chaval irlandés, de alma celta, piel morena y fibra de roquero.
Ahora mismo, en esta catarata de luz, me acuerdo de ti y de tu amor.
Sé que tú te ocupas de la memoria de mi sonido, pero estoy feliz aquí.
Incluso han levantado una estatua en mi honor, pero eso no me importa.
Soy más esta catarata de luz aquí. Pero me gusta cuando se acuerdan de mí.
Algunas bandas se han inspirado en el sonido de la mía, y eso también lo disfruto.
Y hay personas a las que todavía les gusta mi música; también lo aprecio.
Pese al fuego, la música ha permanecido. Ha quedado una chispa de mí en algunos corazones.
Me río mucho ahora. Aquel fuego se ha ido en la luz que me abraza aquí.
Estoy totalmente desintoxicado, libre, yo mismo, sin el fuego, lleno de salud.
Vivo intensamente, con el bajo en la mano y un montón de canciones.
Y no he encontrado infierno alguno por aquí, tan sólo aprendí a lidiar con mi dolor.
Y los predicadores religiosos continúan pareciéndome unos malditos hipócritas.
No me he ido a su infierno; yo ya tenía el mío por dentro, y quemaba bastante más.
Y también tenía el antídoto: la música que pulsaba en mí.
Por fin, me he recuperado y me he librado de las dependencias que me dominaban.
Constantes baños de luz y mucha música me han fortalecido; ¡he vuelto a reír!
La dulzura ha vuelto. Estoy consciente y feliz. En esta catarata de luz, yo canto.
El fuego se ha ido, pero las canciones permanecen. ¡Y el sonido del bajo está potente!
Si quieres, escribe todo esto. Tal vez haga mejorar a alguien que lo lea.
O, tal vez, ayude a apagar el fuego de alguien, mientras hay tiempo.
Y si alguien, al escuchar mi música, se llena de contento, esto me haría más feliz.
Exceptuando el fuego, el sonido de mi banda era muy fuerte y ha hecho buena historia.
También me alegra que te guste oír mi música y verme revitalizado.
Cuando puedas, ven a darte un baño espiritual en esta catarata de luz.
¿Quién sabe podríamos escribir algunas canciones juntos?”
(Recibido espiritualmente por Wagner Borges – São Paulo, 17 de diciembre de 2006.)
P.D.: El tipo de este testimonio había sido un bajista fenomenal en su época. Como me gusta el rock, conozco bien su trabajo. No doy detalles acerca de su persona debido al acoso de la gente que trata de obtener comprobaciones y detalles personales. Y no pude dejar de considerar las repercusiones para sus familiares respecto de esto. Entonces, mantengo su nombre en el anonimato, pues lo que de veras importa es el recado que nos da.
Otro detalle: ese testimonio suyo ha sido recogido directamente en el plano extra-físico, durante una experiencia extra corpórea. Más tarde, cuando regresé al cuerpo físico, lo anoté rápidamente todo, para no olvidarlo posteriormente.
Paz y Luz.
