Viaje hacia dentro de sí mismo
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 14/07/2015 08:48:40
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Julio, mes de vacaciones! Aunque no siempre es necesario ir muy lejos para viajar. Hoy quiero invitaros a un viaje hacia dentro de uno mismo. ¡A fin de cuentas, donde quiera que podamos ir, siempre lo llevamos todo dentro de nosotros!
Siempre es posible aprender algo nuevo acerca de uno mismo, por eso el autoconocimiento es tan importante. Al incrementar el conocimiento sobre quiénes somos, nos hacemos mucho más conscientes de lo que queremos para nosotros y dejamos de correr en pos de aquello que nos han enseñado que debíamos querer; y así, dirigimos el foco hacia donde nunca debería haber salido: dentro de nosotros mismos.
La peor situación que podemos vivir es pasar toda nuestra existencia queriendo escapar de lo que realmente sentimos, o querer conocer al otro, cuando siquiera miramos lo que tenemos en nuestro interior, alienado de nuestros propios sentimientos. Asimismo, ¿Cuántos no se pasan la vida esperando amor y respeto de otro, o viviendo en función de alguien? ¿Es bueno ser amado, reconocido, aprobado, respetado? Claro, ¡pero eso no debe ser condición para ser feliz!
¿Cuántos de nosotros no hacemos cosas completamente opuestas a lo que sentimos y deseamos? Y tú, ¿con qué frecuencia lo haces? ¿Cuánto te amas y te respetas? ¿De qué manera te tratan? La manera en cómo te tratan ¿no será sólo un reflejo de cómo tú mismo te tratas? ¿Has pensado en eso? Continúa tu reflexión... ¿Te sientes constantemente faltado al respeto? ¿Hacen otras personas algo para ti o por ti, sin consultarte? ¿Sabes distinguir cuando estás ofreciendo o cuando estás siendo explotado? ¿Eres consciente de tu valor y procedes de acuerdo a él? ¿Tienes la costumbre de colocarte como víctima?
El respeto que tenemos hacia todo lo que somos y sentimos muy dentro, en lo más profundo de nuestro ser, será lo que delimite hasta dónde el otro puede o no llegar. Si te sientes constantemente invadido, agredido, manipulado, criticado, no respetado, humillado, ¿te has parado a pensar por qué sigues permitiendo que te traten así? ¿No será que esto ocurre porque en el fondo tú mismo no te respetas? Examina tus sentimientos y pregúntate: ¿por qué permito que me traten con desconsideración y falta de respeto?
Cuando nos respetamos plenamente, mostramos a los demás cómo deben ellos tratarnos, pese a que en algunas situaciones es cierto que lo mejor puede ser alejarse para no sufrir más daño. Si te faltan al respeto constantemente, hay algo ahí que debe ser observado y cambiado. ¿No será que estás valorando al otro en la misma proporción en que te desvalorizas a ti mismo? ¿Eres consciente de tu propio valor?
Busca las respuestas dentro de ti, esto hará que te conozcas un poco mejor. Ahora podrías pensar que no sabes ninguna de estas respuestas, pero insisto en decirte que ellas están dentro de ti, basta que las busques, haciendo un barrido a fondo si fuese el caso, y que quieras realmente encontrarlas.
Cuando renunciamos a nosotros mismos, lo más seguro es que otras personas tomen la rienda de nuestra vida. Cuando autorizamos a otros a determinar cuánto valemos, una sensación de vacío se adueña de nuestra alma, aumentando todavía más nuestra necesidad constante de aprobación, de reconocimiento, y como consecuencia, más sufrimiento. Para evitar que esto ocurra, retoma para ti la responsabilidad de tu vida. Hazte independiente en todas las áreas, aunque al principio puedas pensar que esto es imposible. Puede ser difícil, pero nada, nada de veras, es imposible.
Muchos pueden preguntar por qué es tan difícil identificar los propios sentimientos, y la respuesta es que hemos sido “educados” para reprimir lo que sentimos, y por muchos años hemos estado escuchando que no debemos llorar, ser débiles, expresar emociones, enseñándonos y condicionándonos que toda expresión de sentimiento y afecto es equivocada, y cuando nos deparamos con nuestras necesidades emocionales, ya no sabemos siquiera cómo identificarlas ni cómo suplirlas.
A medida que nos conocemos mejor, vamos dejando de estar a merced de las opiniones de lo que piensan o dicen de nosotros y mucho menos nos dejamos manipular.
Dejamos de mendigar atención, reconocimiento, amor, aprobación, cariño, pues aprendemos a nutrirnos con nuestros propios recursos, y esos, puedes estar seguro, son infinitos. A fin de cuentas, exigencias, críticas, indelicadezas, insensibilidad, agresividad, falta de respeto, desinterés, esas pequeñas faltas cometidas en el día a día pueden destruir las más antiguas y afectuosas convivencias, comprometiendo principalmente nuestro sentimiento hacia nosotros mismos. Siendo así, trata de establecer límites o aléjate de quienes te traten de esa manera.
Esto es lo que el autoconocimiento nos proporciona: aprender a dar valor al ser humano que somos. Sin consciencia de nuestro valor individual, nos sentimos rebajados, inferiores ante el mundo. Deja también de criticarte poniendo defectos a todo lo que haces, piensas o dices. Y empieza a fijarte en las cualidades que posees.
El tema del autoconocimiento es amplio y complejo, principalmente por envolver aspectos inconscientes. Pero es importante poner de manifiesto que el autoconocimiento requiere mucho diálogo interno, para identificar nuestras creencias, las máscaras creadas para protegernos, comprensión de la sombra, para después sí, encontrar nuestro self, el verdadero yo, aquello que somos en esencia, y que siempre es mucho mejor que esa persona que nos han hecho creer que somos.
Para alcanzar esa fase es preciso el verdadero compromiso de realmente querer conocernos, sin miedos, resistencias, boicots, culpas, críticas, para poder alcanzar una cota de paz y armonía interna. En fin, el autoconocimiento es la base primordial para lograr la verdadera sabiduría. ¡Y cuánto más descubramos sobre nosotros mismos, más percibiremos cuánto aún nos queda por descubrir!
¡Permite que ese viaje hacia dentro de ti mismo sea tu mayor y más rica aventura! ¡Muchos quieren ver la belleza del fondo del mar, pero sin tener siquiera el trabajo de sumergirse hacia sus profundidades! ¡Piensa en ello!