¿Y cuando la familia es connivente con el abusador?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 03/02/2019 07:40:01
Las víctimas de padres narcisistas perversos, desde muy pronto en sus vidas no tienen espacio para desarrollar sus individualidades. Siempre hay una palabra que destruye la validad de sus percepciones, de sus verdades personales y de todo cuanto tienen intención de hacer. Si conquistan algo, la descalificación masiva proveniente de esos padres patológicos tiene el poder de minar todo el colorido de la experiencia vivida.
Los hijos, víctimas de esa trama, sin tener idea de sus contornos psicológicos, suelen crecer inseguros y con enormes dificultades para imponer límites saludables.
Por el miedo a la pérdida afectiva acaban ofreciendo más poder a otros que a sí mismos, y son los que tienen más tendencia a implicarse en relaciones tóxicas. Sin discernimiento para evaluar quién es quién en la esfera de la vida, suelen atraer a todo tipo de personas, abriendo espacio para que toda suerte de abusadores malintencionados se complazcan con ellos.
Tales víctimas, al percibirse en relaciones de ese orden, cuando aún apuestan por tener algún apoyo y protección por parte de sus familias, suelen recibir aquello que más conocen, que es exactamente todo lo opuesto a lo que se concibe como acogida. Aparte de no ser creídos en los argumentos expuestos, frecuentemente son rechazados y acusados de ser los únicos culpables de los supuestos abusos sufridos, como si hubiesen hecho algo muy malo para recibir las represalias que han estado recibiendo, de la pareja sentimental, del ambiente de trabajo o de lo que fuese que los está maltratando.
Por el hecho de que los padres narcisistas no validan los argumentos de sus hijos, las más de las veces despreciándolos todavía más, éstos pasarán por inmensas dificultades hasta poder tener acceso a lo que de verdad ocurre.
Hasta tanto no despierten de este drama diabólico y sus sentimientos permanezcan confusos, variando entre innumerables dudas sobre sí mismos, rabia, miedo al abandono o al rechazo, congojas y culpas, permanecerán al margen de todo lo bueno que la vida puede ofrecer.
Las familias con contenido narcisista exacerbado carecen de empatía y tienen como telón de fondo el detrimento de uno para el engrandecimiento de otro, y continuarán procediendo así incluso cuando un hijo clama por ayuda.
Aun cuando se produce una petición desesperada de reconocimiento y protección, respecto de los maltratos recibidos por parte de alguien ajeno al núcleo del universo familiar, las escenas de depreciación y culpabilización continuarán siendo activadas de modo ciego, en el objetivo de dentro de la familia.
La mayoría de las víctimas necesita hacer terapia a fin de despertar y adquirir conocimiento sobre el tema. Mientras eso no sucede, la tendencia es a enfrentarse a grandes dificultades en la elección de otros mapas existenciales. A lo largo de la vida, las víctimas, hijos de padres narcisistas perversos, pueden pasar por constantes episodios de ansiedad y miedo sin ser rechazados, inclusive pudiendo evolucionar hacia estados depresivos mayores y falta de sentido en la vida.
Un buen proceso terapéutico, en tal sentido, ayuda sobremanera a salir de esa pauta vivida desde la más tierna infancia.
Aprender que muchas familias así enfermizas difícilmente cambian, y hacer el duelo de estas experiencias difíciles, puede ser el comienzo de una nueva vida.
¡Cuanto más despiertos, mejor!
