¡Yo deseo que tú te frustres!
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 26/11/2006 21:10:28
Traducido por Melissa - Park [email protected]
Ciertamente, el título de este artículo es un tanto agresivo. ¡Yo se! Sucede que quería llamar la atención para cuanto estamos precisando aprender a lidiar con las frustraciones. Estamos viviendo un momento muy delicado en lo que se refiere a encarar los “no” que la vida nos impone.
Cada día una noticia más terrible que la otra y siempre teniendo como tema principal la incapacidad de aceptar una negación, sea de quien sea. Hija que mata a los padres porque ellos no aprueban su enamoro. Enamorado mata a la enamorada porque ella no quiere más continuar con la relación. Enamorada mata al enamorado porque descubre una traición. Madre mata a los hijos porque el marido la abandonó. Nieto mata a la abuela porque ella no quería que él haga escándalo.
Un número asustador de personas que simplemente deciden acabar con la vida del otro y, tantas veces, con la propia vida porque las cosas no sucedieron exactamente como ellas previeron o gustarían.
¿!¿Qué es eso?!? ¿Dónde es que vamos a parar? ¿Será que no existe otra manera de lidiar con todo eso? Yo se que el mundo exige cada vez más de nosotros, que el fracaso hace que nos sintamos fuera de una competición exasperante y de un objetivo insano de ser feliz y tener éxito a cualquier precio, mas ‘espera ahí’... estamos en el momento de evaluar otras posibilidades más creativas para lo que es inevitable: ¡la frustración!
Todos nosotros, indiscutiblemente, independientemente de clase social, situación financiera, origen, cultura o raza, tenemos que lidiar con los fracasos, las perdidas y los dolores que discurren del ejercicio de vivir. Por lo tanto, ha de haber una consecuencia noble de todo eso: aprendizaje, madurez, crecimiento interior, en fin, ¡auto-superación!
Antiguamente, se perdía un amor y eso se tornaba inspiración para lindos poemas, músicas inolvidables o actos bellísimos en la tentativa de reconquistar a la persona amada, tales como una serenata al pie de la ventana, una declaración de amor en público o el envío de docenas y docenas de rosas. Hoy, se pierde un amor y todo se convierte en una tragedia insana y sin sentido.
Antiguamente, recibían prohibiciones de los padres y eso se tornaba una fuga de casa por una noche, una carta malcriada o hasta un motivo para luchar por causas mayores. Hoy, se reciben órdenes de los padres e eso se convierte en una razón para destruirlos, masacrarlos o herirlos.
¿Dónde está nuestra sensibilidad? ¿Dónde está nuestra motivación para transformar límites en nuevos horizontes? ¿Dónde está la noción de lo que es comprensión, aceptación y fe?
Yo deseo, si, que usted y yo continuemos frustrándonos, porque no hay otro modo de evolucionar; pero deseo, sobre todo, de todo mi corazón, que consigamos lidiar con nuestras dificultades de una manera más humana y creativa.
Demos puñetazos a la almohada, cerremos la puerta del cuarto y lloremos la noche entera, martillemos 118 clavos en un pedazo de madera, sin parar, hasta agotar toda nuestra energía rabiosa, pero por el amor de Dios, no destruyamos una vida, no acabemos con lo que es sagrado, no desperdiciemos la oportunidad de ser gente y actuar como tal.
Y así, de frustración en frustración, quien sabe podamos percibir que no hay nada más fantástico y sublime que el arte de aprender a transformar un “no” en una chance más de vencer y ser feliz...