Yo encontré dirección
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/07/2015 12:30:21
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Luiz Cláudio es doctor en Odontología, sale con una odontóloga, clienta mía. Tiene un hijo, con otra mujer.
En la primera consulta, se presentó con estas situaciones:
- Relación con hijo distante y difícil, antes de que él naciese tuvo experiencia interesante. Ponía la mano en el vientre de la madre y sentía una atracción enorme y sensaciones expresivas, buenas;
- Acostumbraba a beber, con amigos de la facultad;
- Sin creencia religiosa;
- Interferencia y dominio de la madre expresivos, casi mórbidos.
Procesos realizados:
- Entender que una relación puede ser un camino para la vida o para aprender y sentir.
- El amor puede ser intenso y compartimentado, envolviendo madre, padre, hijo, pareja, amistades.
- La elección de un nuevo camino y nuevas actitudes, es física y emocionalmente saludable.
- Un hijo es un Espíritu, que exige amor y estrategias inteligentes.
- Dar instrucciones y dirigir actitudes para con las personalidades de la madre, abuela y otros, que se agregan y buscan manifestarse en su vida y en la vida del hijo.
Luiz Cláudio, tras varios encuentros y procesos, a causa del trabajo profesional se ausentó de las consultas. Informa que, aun a distancia, siguió realizando el proceso.
Dice él que "En este período han ocurrido muchas cosas. He venido ejercitando mi conexión con el Universo. Mentalizo cosas buenas a lo largo de mi día, minimizando los pensamientos dañinos o que no me traen beneficio".
Importante: él cumple un programa sencillo y objetivo de reprogramación mental.
"Con mi hijo la relación está mucho más consistente, siento confianza mutua, cuando estamos juntos. A la hora de la despedida, cuando regreso a São Paulo, ya no hay el dolor del abandono. Nuestra relación va madurando, conseguimos entendernos y la distancia física ha dejado de ser una barrera para la afectividad que nos envuelve.
Hoy día, cuando estoy recogiendo mis cosas para marcharme, él me desea una estupenda semana (lo mismo que yo a él) y dice "arranca muchas muelas, papá, yo quedo esperándote". Él no sabe explicar muy bien mi profesión, poco a poco le enseño que yo no vivo para arrancar muelas, sino para cuidar a personas que están enfermas y necesitan asistencia odontológica".
Detalles interesantes que componen el intrincado misterio de la relación padre e hijo. Descuidar esto puede significar pérdidas expresivas.
"Ahora consigo mantener una conversación con la madre de él sin sentirme irritado. Ella me ha dado una de las cosas más valiosas de mi vida, si lo pienso así hay menos amargura y resentimientos.
Antes sólo pensaba en las cosas ruines que ella me había hecho, incluido el embarazo, que me parece fue premeditado. Ella nunca se empeñó demasiado en ocultar que realmente pensó en cómo articular la situación.
Pero el embarazo sólo se produjo porque yo participé, también tengo responsabilidad sobre eso.
Decidí aceptar que no existe un culpable por todo lo que ha sucedido y tener un hijo no es motivo de culpa y sí de alegría y felicidad, cosa que gracias a Dios logré descubrir después de nuestras conversaciones ahí en su consulta; considero que mi relación con mi hijo estaba conturbada por esos sentimientos que estallaban en mi cabeza".
Extraordinario ese cambio en la comprensión. Elimina la culpa y los juzgamientos.
"Mi madre ha comprendido que ya no soy un niñito y que un día ya no sería el "hijito de mamá", he tenido largas y exhaustivas conversaciones con ella, intenté mostrarle que mi relación me estaba aportando beneficios y que estoy muy feliz con María Clara, lo mismo que soy muy feliz cuando estoy con ella.
Hoy comprendo que los amores tienen en común la misma esencia, pero los prismas son diferentes y una persona no se completa, no encuentra su equilibrio alejándose de las personas que ama; le dejé claro que al igual que quiero tener una mujer y una vida en pareja, también quiero mi vida familiar y que a lo largo del tiempo las cosas van a fundirse y si así fuese el destino, María Clara también formará parte de nuestra familia.
Intenté mostrarle que yo amo a todos de igual manera, no hago distinciones, sólo que no es posible que sea el mismo tipo de amor.
Empecé a frecuentar un Centro Espírita con María Clara, esto me ha fortalecido bastante psicológicamente. Considero que creer en algo más grande facilita un poco la superación de los retos diarios; percibí que independientemente de rezar, pedir o agradecer algo a alguien, lo más importante a la hora de rezar es oírme.
Después de que empecé a rezar percibí que no me oía, al menos no en las cuestiones más íntimas de mi conciencia. A través de la oración he venido logrando oírme y fortalecerme de un modo que pocas veces en la vida había conseguido".
Mirad como en poco tiempo él transitó de la increencia y de una postura confusa en las relaciones, hacia una consciencia interesante.
Él ahora comprende la extensión universal del Amor que existe en él, ser divino. Ama al hijo, a la novia y a la madre, ¡a cada uno plenamente! Sin restricciones ni miedos.
Y habla con levedad sobre la importancia de la oración, como herramienta de apoyo para comprenderse y aceptarse.
Yo digo, ¡él ha asimilado que Dios está en él y él está en Dios! Este es el propósito de rezar, o sea, religarnos a nuestra condición divina. Jesús decía: ¡Vosotros sois Dioses!
Y completa su expresivo testimonio diciendo: "He logrado encontrar mi propia consciencia. Me parece que otras personas no lo consiguen y mi relato puede ayudar a indicar algún camino o también servir de ejemplo. ¡He tenido la consciencia de buscar ayuda en un momento en que estaba perdido, y la encontré"!
Piensa en ello, este puede ser tu momento. Busca una dirección, a donde desees, tu corazón es tu brújula.