Yo soy yo y tú precisas ser tú
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/07/2008 12:26:43
Por Maria Cristina - [email protected]
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
El hecho de que cada uno de nosotros tenga una impresión digital completamente diferente a la del otro, no es algo sin significado… Nos alerta sobre una verdad que precisaríamos internalizar más y más, pues es la base del respeto mutuo, de la compresión, del entendimiento entre las personas. Cada uno de nosotros es único, obra prima maravillosa de El Padre. Si, tenemos trazos en común, pues somos parte de una misma familia cósmica, pero somos individuos, tenemos características personales únicas, que nos hacen indispensables a la obra de la Creación. Así, nuestra grandeza no está solo en que seamos todos hermanos, mas, principalmente, en que seamos hermanos complementarios, diferentes…
Por qué nos empecinamos en extrañarnos con lo que el otro tiene, que no es semejante a lo que existe en nosotros, si él está contribuyendo, justamente con esta “cosa extraña” para complementar nuestra vida, ofreciéndonos una visión diferente de la realidad que podemos vislumbrar?
Todos juntos, seríamos armonía y equilibrio, si cada uno de nosotros pudiese brillar la propia luz, de la forma peculiar que sabe y puede, siendo aceptado por la multitud de los otros.
Pero esto no sucede… juzgamos al otro por nuestros parámetros, vemos al otro con las lentes limitadas que poseemos y cuando lo percibimos un poco diferente de nosotros, enseguida lo repelimos, rechazamos, criticamos.
Será que sentimos miedo de lo diferente y nos sentimos amenazados por lo que no comprendemos? O será que tenemos envidia del otro, que muchas veces manifiesta alguna característica que ya nos gustaría tener y que no conquistamos todavía?
Lo que percibo es que vivimos peleando por las diferencias, cuando ellas podrían estar abriéndonos un camino nuevo de comprensión de la compleja realidad del Ser.
Será que el paisaje quedaría más bonito si todos los árboles fuesen iguales, todas las flores tuviesen el mismo color, las auroras se coloreasen siempre de la misma manera y el mar nunca se manchase con otros matices del verde o del azul?
Cada uno, por más que aumentemos en número, es único, singular y trae un camino definido a seguir. Tendrá lo que merezca, encontrará lo que precise, estará donde sea más necesario, hará lo que solo él puede hacer de la forma que hace y nadie precisará criticar, o envidiar a nadie, pues uno contribuye para el bienestar del otro y esto infinitamente, armoniosamente, sin tropiezos, empujones, traiciones, intrigas, deshonestidades.
Esto vendría a suceder si viviésemos simple y naturalmente de la forma que Dios nos creó y habita en cada uno de nosotros. Loaríamos el suceso del otro y él el nuestro y juntos, todos, construiríamos un mundo feliz y bendito donde cada uno seguiría por su propio camino, ayudando al Todo, apenas siendo quién es, haciendo lo que sabe y vino a realizar.
No es tan complicado…podemos intentar! Comencemos, dejando de criticar y extrañar cuando el otro dice lo que piensa.
Vamos a oírlo con atención y respeto, ya que puede estar auxiliándonos…
Somos diferentes unos de los otros, pero en esencia, somos todos Uno y si nos diéramos las manos y los corazones, caminaríamos juntos, cooperando, al revés de confrontando, como hemos sabido hacer durante toda nuestra historia.
Brilla una nueva aurora! Yo soy Yo y espero que Tú también seas Tú, para que me ayudes a llegar hasta Él…
