No es de hoy la noticia en los medios de comunicación en general, sobre la existencia de personas dotadas de capacidades increíbles, que tienen multitud de seguidores. Entre los diversos curadores de que podemos tener noticia, algunos se destacan por la amplitud de sus actuaciones y frecuentemente por los resultados obtenidos en personas que fueron beneficiadas por sus tratamientos.
Me refiero a médiums y curadores espirituales que dedican su vida a atender un flujo muy grande de personas que acuden de todas partes del mundo, en busca de curación para los más diversos males, del cuerpo y del alma.
Las evidencias de que muchas personas han obtenido relativos milagros al ser tratadas por curadores, hizo que el acudir a ellos aumentase sensiblemente.
Médiums o curadores como los conocidos João de Deus (João de Abadiania) y el profesor Hirota (Atibaia/SP), se destacan por su gran popularidad y especialmente por el número de casos de tratamientos exitosos que han pasado por su intervención.
Recientemente algunas emisoras de televisión emitieron reportajes en torno al trabajo de esos dos curadores antes citados. Sobre su trabajo, son las dos caras de una misma moneda. Algunas personas se muestran impresionadas por la acción curadora de los tratamientos a que fueron sometidas, pero también un grupo de personas manifestaron que nada habían obtenido. Con eso, surgen las polémicas.
Y ese es el motivo principal de este artículo, estimular una sana reflexión sobre la cuestión.
En primer lugar, quiero expresar mi admiración y respeto por esos seres, en especial al médium de João de Deus, a quien ya he tenido ocasión de estudiar más detalladamente. Por eso quiero exponer aquí mi opinión profesional, como incentivador de la visión holística, pero no sin antes poner de manifiesto cuánta donación, entrega y un trabajo de total devoción a la causa humana, percibo en ese médium y paranormal que tanto hace por el mundo.
Cuando hablamos de la polémica en ese asunto, ésta surge por algunos aspectos bien distintos.
1-Los médiums frecuentemente han realizado procedimientos o recomendaciones que corresponderían - en el escenario actual de nuestra sociedad - únicamente a médicos cualificados, es decir, operaciones quirúrgicas físicas y recomendaciones para retirar medicación.
2-Algunas personas relatan no haber percibido beneficio alguno después del tratamiento con los curadores, lo cual lleva a la comunidad científica - ya escéptica en lo que se refiere a la espiritualidad - a considerar que todo no es más que un efecto placebo.
3-Algunas personas, ya desesperadas de una curación verdadera, transfieren completamente la responsabilidad de la recuperación de su salud a los curadores, ausentándose de su papel y tareas personales.
Analizándolo desde diferentes perspectivas:
LA DEFICIENCIA ESTÁ EN LA VISIÓN MÉDICA OCCIDENTAL
Cuando los tratamientos convencionales de una medicina alopática, con un enfoque profundamente distorsionado de la realidad, no son capaces de concebir la interacción mente x cuerpo x espíritu, en consecuencia, aquélla no actúa a favor de las corrientes extra-físicas en busca de la curación, y entonces estimula a que se busquen otros métodos, en una tentativa naturalmente humana de buscar "algo más". Así podemos concluir que es la visión únicamente materialista (que considera solamente lo material, lo orgánico) de la medicina occidental alopática (que se sirve de medicamentos) la mayor estimuladora del trabajo de esos curadores, debido a las lagunas que esa misma medicina mantiene abiertas.
¡SIEMPRE UNIR TERAPIAS!
Cuando el tratamiento, por así decirlo, alternativo, empieza, la persona que busca la curación jamás deberá abandonar cualquier medicamento o procedimiento médico sin antes consultar a un profesional especializado. La persona debe buscar su curación, cumplir muy bien las sugerencias de esos médiums curadores, pero jamás debe interrumpir tratamientos médicos. La manera de obrar adecuada es la unión de esfuerzos, jamás permitir que las diferentes formas de tratamiento se excluyan mientras se está buscando la curación. He aquí un gran error de algunos médiums curadores, infringir el campo de la medicina occidental alopática. ¡Cada cual debe actuar en el área que le compete!
¡LA CIRUGÍA FÍSICA SE HACE EN EL HOSPITAL, LA CIRUGÍA ESPIRITUAL EN EL TEMPLO!
En el ambiente de los curadores, sería cuando menos sensato decir que las cirugías han de ser únicamente espirituales. Los procedimientos quirúrgicos, o sea, que intervienen directamente en los órganos físicos de la persona en tratamiento, son formas directas de agredir ese mínimo de orden que tiene el mundo. Si bien, como ya he dicho antes, la medicina occidental sea escéptica espiritualmente hablando, materialista y completamente mercantilista, debemos respetar los campos de actuación. En los templos espirituales los tratamientos deben ser espirituales y energéticos; y en caso de tratamientos con intervenciones físicas, han de intervenir únicamente de hospitales y médicos cualificados en la ciencia del cuerpo físico. No pongo en duda los milagros, pero creo en el orden de las cosas. Los medicamentos y las operaciones quirúrgicas físicas, dejémoslos para los especialistas conocidos como médicos.
No me gusta el abordaje anti-holístico de la medicina occidental, que para mí es completamente equivocado, pero eso no nos da derecho a hacer - aunque estemos amparados por entidades espirituales - operaciones quirúrgicas físicas en ambientes y por personas no cualificadas (aunque sean médiums espectaculares).
¡NUNCA TRANSFERIR LA RESPONSABILIDAD DE LA CURACIÓN A TERCEROS!
Las personas transfieren sus responsabilidades a los curadores y milagrosos, ausentándose completamente de la responsabilidad de su reforma interior y del cambio de pensamientos y actitudes, considerando que la curación de sus males está en las manos de un ser como João de Deus o el profesor Hirota. Ese es otro error grosero provocado por la ignorancia humana, porque la causa de cualquier dolencia está en el alma, por tanto es responsabilidad de la propia persona su camino de curación. Podemos y debemos buscar curas alternativas, pero aliando tales terapias a nuevas conductas, nuevos pensamientos, a fin de promover así una transformación de dentro a fuera, mudando la conciencia. Todo dolor, enfermedad o sufrimiento siempre pide mudar la conciencia, y siendo así, cuando se logra el aprendizaje, la curación es una consecuencia. Por tanto, no debemos depositar nuestras esperanzas en los abnegados curadores, que son canales o instrumentos de la voluntad mayor, sino en nuestras capacidades de mudar nuestros pensamientos y actitudes. ¡Esta siempre ha sido la clave para la curación!
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