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Meditación - Sintonía con la Vida

Publicado por WebMaster em STUM WORLD

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por Enildes Corrêa - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

"Meditación significa consciencia, estar despierto para este momento. Permanecer consciente es meditación. Cuando estás consciente, no hay esfuerzo. Y esta consciencia sólo viene cuando te aceptas a ti mismo. Estar consciente se hace tan fácil cuando tú te aceptas". (Kiran Kanakia)

"Meditar nada más es que volver para casa e descansar un poco allí dentro. No es el canto de un mantra, ni siquiera una plegaria; es simplemente volver para casa e descansar un poco"
. Osho

La meditación viene despertando cada vez más interés en Occidente, siendo incluso objeto de estudios e investigaciones científicas en el campo de la salud. Pese a todo, aún hay mucha falta de información y son grandes los malentendidos en torno a esa enseñanza tan antigua como la propia humanidad, enraizada y diseminada en Oriente.

Aunque sea un tema difícil de explicar, puesto que se trata fundamentalmente de una experiencia interior, subjetiva, me propongo abordarlo a partir de mi propia vivencia.

Meditación es conexión con la vida, interior y exterior. Meditación es el silencio interior. Y el silencio solo se manifiesta si la persona acepta y acoge el momento presente tal como es, dentro y fuera de ella. Si esto no ocurre, prevalecen los conflictos, las tensiones, las divagaciones mentales y no el silencio. La aceptación comprensiva de la naturaleza de la vida es transformadora, ayuda a simplificar, a relajar y a equilibrar nuestro vivir, conectándonos con el estado interior natural de armonía y felicidad.

Y hacer meditación es diferente de estado meditativo, que es nuestra naturaleza. Kiran Kanakia nos lo explica mejor:

“Meditación es el concepto más incomprendido. La gente pregunta a partir de una comprensión equivocada, o malentendida: conciben la meditación como una técnica, como algo para hacer.

Hacer meditación como técnica es una cosa, y meditación en sentido real, es otra. Son diferentes formas de entenderla. Cuando empleamos la palabra meditación, en sentido real, nos referimos a un estado meditativo, que es nuestro estado natural, al cual no se puede llegar por medio de ninguna técnica, esfuerzo o cualquier cosa que se haga. Ya está allá, pero ha sido ocultado o suprimido a causa de algo, y ese algo es la mente.

El estado de meditación es el estado de relajamiento. Te relaja mucho y te da un silencio interior profundo. Y este silencio es la expresión de ese estado. Así, tú estás en aquel estado absolutamente más allá del dolor, más allá del placer. Ese es el estado de bienaventuranza.

Y ¿qué es el estado de armonía? Armonía es el flujo del amor que la aceptación de la vida nos trae.

Cuando empiezas a aceptar la vida tal como es, esta aceptación te trae de vuelta la armonía. Y armonía es el flujo del amor. Entonces, ya no necesitas de ningún otro poder”.
Los sabios dicen que cuando oramos hablamos con Dios. Y cuando meditamos, guardamos silencio para escuchar la voz de Dios. Siendo así, no se trata de reflexionar, de rezar o entonar mantras. Meditar no es concentrarse, pues no es una acción mental. Es atención sin esfuerzo, lo cual es diferente de concentración. Meditar tampoco es pensar o visualizar algo, sino ir más allá de los pensamientos y las imágenes. Simplemente estar presente, consciente y siendo testigo de lo que ocurre interiormente, manteniéndose desprendido de lo que pueda percibirse: sensaciones corporales, pensamientos, imágenes, deseos, emociones, humores, sentimientos. En esa observación silenciosa, sin apegos ni juicios de cualquier naturaleza, cuerpo y mente se serenan, se aquietan, y la paz se manifiesta en nuestros corazones. La confusión desaparece y el orden interior se instala.

Otro aspecto que vale la pena aclarar es que meditación no es únicamente sentarse en posición de loto, cerrar los ojos y permanecer así determinado tiempo, sin proponerse metas que alcanzar. Si un individuo pone la totalidad de su ser en cualquier tarea de lo cotidiano, entrará en estado meditativo. Es una consecuencia de estar por entero, presentes, motivados y sin conflictos en aquello que hacemos.

Cuando iba a la hacienda de mi padre, yo solía observarlo mientras ejecutaba sus quehaceres. Su trabajo siempre primaba por la calidad. Yo percibía que papá permanecía enteramente presente en todo lo que realizaba, sin preferencia entre las tareas más fáciles y las más difíciles de hacer. En mi memoria, el recuerdo del dulce de leche, de calidad impar, que él hacía. Mientras removía con la cuchara de palo la leche puesta en un gran caldero de cobre, su fisonomía casi no se alteraba, transmitiendo la impresión de estar muy centrado en lo que hacía. Dentro de él, con toda seguridad, no había división ni tampoco distracción o pensamientos sobrevolando en su cabeza. Se mantenía totalmente absorbido por la acción que ejecutaba, lo cual daba como resultado un dulce de leche de sabor único, algo extraordinario.

Ese es uno de los secretos para alcanzar niveles de excelencia en calidad, ya sea en la elaboración de productos o en la prestación de servicios: que a uno le guste y se halle presente, totalmente, en aquello que hace. En tales condiciones el trabajo deja de ser un fardo y puede convertirse en meditación que sobreviene naturalmente, sin esfuerzo. De esa forma, la persona adquiere más y más claridad mental, se hace asertiva y también más sensible, creativa, integrada en su entorno de manera más equilibrada y armónica.

Sin embargo, en la locura de las prisas, en la lucha por la supervivencia, en el tener que hacerlo todo envueltas en un torbellino de actividades, las gentes se olvidan hasta de la propia existencia; rígidas e identificadas con la tensión del hacer, permanecen en un movimiento automático y mecánico, tenso e inconsciente, que les hurta el sabor de estar vivas.

Por otra parte, la sabiduría, la creatividad y el amor se manifiestan como una dádiva para aquellos que han adquirido calidad y totalidad de presencia en todo cuanto hacen, sea prendiendo una cerilla o encendiendo el fuego de un gran crematorio.

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