Aquel a quien llamamos hijo es, en realidad, alguien que ha venido de allá arriba, como nosotros, un compañero de jornada, de muchas encarnaciones. Y estamos cerca nuevamente, nosotros con el rótulo de padre o madre y él (ella) con el rótulo de hijo (a).
Lo que vengo aprendiendo, en mis experiencias y estudios, es que los niños tienen más latente que los adultos las memorias de sus vidas pasadas, principalmente entre las edades de 2 a 7 años, lo cual hace que, a veces, tengan pesadillas con recuerdos de vidas anteriores, y algunos hasta recuerdan nombres, lugares y objetos, antes incluso de saber leer o escribir, lo cual muestra que esto ha venido con ellos, es su historia de alguna otra vida.
Hay críos con algo más de edad, que acceden a memorias del pasado cuando asisten a una película que les recuerda alguna otra vida, en que haya aviones, guerras, violencia, etc., al vivenciar una situación familiar traumática, o algo incluso aparentemente banal, como, por ejemplo, al oír cohetes, gritos, una riña, etc., lo cual les produce mucho miedo y hasta pánico. Son situaciones generalmente consideradas sin explicación, pero que, para quienes creen en la Reencarnación, son reflejos y recuerdos de traumas de vidas pasadas.
Lo que se llama fobia, pánico, tristeza sin causa, timidez excesiva, miedos inexplicables, y a veces algunas enfermedades físicas, como asma, jaquecas, etc., pueden mejorar y hasta curarse promoviendo el desligamiento del niño de las situaciones traumáticas originales, por medio de la Regresión a vidas pasadas, que puede hacerse a través de dibujos, con la criatura, como si fuese un juego, o a través de su madre, sin la presencia del hijo, a lo que llamamos Regresión a distancia, siempre con autorización de sus Mentores Espirituales.
Ese es el método de la Asociación Brasileña de Psicoterapia Reencarnacionista, donde la Regresión la lleva a cabo el terapeuta, pero comandada por los Mentores Espirituales, respetando la Ley del Olvido, donde nunca se incentiva el reconocimiento de personas en el pasado.
Las Regresiones hechas con el crío o a través de su madre, pueden aportar un gran beneficio, desligándolo de las situaciones de vidas pasadas que han dado origen a los síntomas actuales, haciendo que, así, pueda vivir más en esta vida actual, cortando la sintonía con su pasado. Ese es el gran beneficio que el tratamiento de Regresión puede proporcionar a los críos que de él necesitan, ya que puede evitar años y años de sufrimiento para ellos y sus familiares.
He venido aprendiendo en mis estudios que muchos niños vuelven en la misma familia, a veces incluso poco tiempo después de su desencarne, para resolver cuestiones evolutivas junto a sus padres y otras personas, teniendo a veces recuerdos muy vivos de situaciones, de músicas, de las casas en que vivían, un accidente, una enfermedad, etc.
Nuestros niños son Espíritus, algunas veces más antiguos que nosotros y, muchas veces, ya han formado parte de nuestra vida, y vienen para continuar su jornada. Son Espíritus en evolución en esta Escuela de Vida, aquí en este lugar donde, juntos, estamos aprendiendo a amar.
Juliana Vergutz Kwitko – Psicoterapeuta Reencarnacionista y Terapeuta de Regresión – adultos y niños. link - [email protected]
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