Hace algunos años vivía siguiendo el sistema enfermo al cual hoy la mayoría de las personas aún se encuentra presa.
Creía como si fuese ley que todo era difícil de ser conseguido, que exigía mucho sacrificio y abnegación y no conseguía encontrar mi equilibrio personal.
Vivía protegiéndome de sistemas empresariales corruptos y enfermos, que solo ven el poder y la realización aislada, donde el todo no importa. En éste sistema, el ser humano y su esencia no tienen espacio y vivía aún con miedo y recelo de que el mañana no fuese bueno, porque no confiaba en nada.
Estaba de hecho contaminada por una masa de seres humanos que aún se encontraban adormecidos, que no conseguían percibir que hay algo mayor y mejor para ser vivido.y sin ningún sacrificio.
Pase por malas experiencias que, hoy entiendo, fueron fundamentales y me condujeron a la transformación interior.
Siempre tuve una intuición muy fuerte y fue ella, sin dudas, que fue responsable y me condujo en mi caminata evolutiva.
Conquistando mi equilibrio personal, pude ver que las cosas más simples que vemos en las películas "agua con azúcar" pueden existir y son tangibles. Aprendí que amar y ser amada es posible - aún sin dolor ni malos momentos- y que ese sentimiento puede ser parte de tu vida en un movimiento intenso llenando tu ser. Es un sentimiento maravilloso que simplemente sucede y se desarrolla cuando estamos preparados.
Aprendí también que la tranquilidad y la paz interior pueden ser parte de mi día a día y no solamente en determinados y raros momentos como sucedía antes; desarrollé también una enorme confianza interior y percibí que la vida es y puede ser muy fácil de ser vivida.Pide por el pan nuestro de cada día y deja tu trabajo fluir, siempre amando lo que haces.
En mi trayectoria de cambios, tuve como herramientas la Radiestesia y la Mesa Radiónica, mis amigos -que cuento con los dedos de una mano y cada uno sabe la importancia que tiene-, mi familia y en primer plano mi marido, que me apoyó en todo para que esta transformación de vida se volviese tangible.
El anhelo de cambio es real cuando percibes que viene de adentro; este momento llega cuando observas que no perteneces más a aquel medio en que te encuentras, sea en la relación, en tu familia, con tus amigos o en el empleo que tienes.
Este camino de cambio requiere esfuerzo y determinación, pues en determinados momentos, aquellos vicios antiguos de comportamiento tienden a corrompernos, limitando el acceso a nuevas posibilidades. Requiere aún que abandones tus mascaras, olvides tus miedos y confíes y entregues al Universo.
Olvídate que un día fue importante agradar a los otros, porque, en realidad, eso nunca fue importante. La única persona que tienes que agradar es a ti mismo.
No esperes ser atendido en tus deseos solamente por el pensamiento, expresa a los otros lo que te es importante, di al mundo lo que deseas para tu vida. Ríe de tus defectos y nunca te condenes porque dejaste de hacer algo, ve y hazlo!
En el momento en que alcances tu equilibrio personal, percibirás de manera clara que algunos términos que pueden parecer extraños, como amor incondicional, son posibles y pueden ser vividos; sentirás amor verdadero por las personas sin esperar nada a cambio, percibirás también que bienes materiales son importantes, pero que no son la única cosa determinante y, en este momento entonces, la magia del dinero podrá hacerse presente en tu vida, pues el Universo proporcionará todo lo que sea necesario, trayendo mucho más de lo que tú esperas, créelo!
En este momento de pleno equilibrio, te sentirás de forma muy real y tu poder personal, tu Divinidad como imagen y semejanza del Creador, sentirá la autoconfianza que se manifestará en tu vida como la Paz Divina. Este es el estado que favorece para que suceda todo lo que sea necesario.
Una de las cosas importantísimas de evitar en esta fase es la tendencia a criticar, pues estamos de alguna forma diferenciándonos de los otros y tendemos a juzgarlos.
En éste momento, hay un peligro sutil: criticar al otro hace que tú absorbas hacia tu vida las peores características de él; por lo tanto, intenta traer a las personas que están a tu alrededor este patrón de vibración, nunca creyéndote superior a alguien.
Estamos en este mundo en una única vibración, nos complementamos en el todo, entonces, cuantas más personas consigan alcanzar ese nivel de equilibrio pleno, mejores serán las chances de un mañana diferente.
Cuando alcanzas este equilibrio personal, eliminando los bloqueos energéticos que impiden que tu energía personal fluya, percibirás el motivo real de tu misión aquí en la Tierra y, entonces, conseguirás realizarte como persona. No te sentirás más dominado por cualquier situación o persona, te percibirás el señor de tu vida y pasarás a expresar en esencia lo que hay de mejor dentro de ti.
Por la ley universal de acción y reacción, o la del ritmo -flujo y reflujo de la marea-, percibirás que las personas pasarán a actuar de acuerdo contigo y personas que no tiene que ver con tu esencia hoy se transformaran, o dejarán de ser parte de tu vida.
En este momento de plenitud emocional, es muy importante que vigiles tus pensamientos y emociones; no invites pensamientos negativos para conversar, ellos ya fueron parte de tu vida en el pasado y no te trajeron nada bueno. Esos vicios de comportamiento antiguos por algún tiempo aún tentarán golpear en la puerta de tu mente, hasta el día en que de manera automática no serán más parte de tu vida.
Pasarás a entender todas las situaciones que vives como lecciones y aprendizajes diarios; comprenderás de manera más clara el comportamiento de los que te son cercanos y percibirás que solamente tú eres apto para dar inicio a una vida diferente para ti mismo y que puedes, si, iniciar el proceso de transformación también de los que están a tu lado.
Vamos a crear un Mundo diferente, donde la maldad, la ignorancia, la violencia, la falta de amor y actitud de perjudicar a los otros en beneficio propio dejen de existir. Vamos, si, amar de manera incondicional a todo y a todos, teniendo siempre la certeza absoluta de que todo está siendo colocado en Orden Divina!