El movimiento universalista es una presencia intensa en el corazón de muchas personas, especialmente en el siglo XXI, que está marcado por la libertad de religión, por las investigaciones científicas en el campo de la fe, que viene buscando unir ciencia y espiritualidad de una forma inédita para la humanidad. De esa tendencia que viene aflorando naturalmente en el alma de cada persona, encontramos un probable mensaje inculcado en cada movimiento: las filosofías deben ayudarse, las doctrinas, religiones o creencias han de mezclarse unas con otras, porque si no, las verdades universales jamás se mostrarán en armonía a la humanidad.
La espiritualidad no es una religión o una filosofía espiritual, sino un estado de espíritu. El ser espiritualizado no es necesariamente aquel que realiza prácticas dentro de esas mismas filosofías o religiones, sino el que conoce las leyes universales y las practica como norma de vida.
No hacer a otros lo que no quieres que te hagan y amar al prójimo como a ti mismo, son las principales entre esas leyes universales. Hay otras asimismo importantes, como la ley de causa y efecto - también conocida como ley del karma. La Ley del Mentalismo dice que el universo es mental, pues todo se procesa por la influencia de nuestros pensamientos. Además de la ley de la evolución constante: pase lo que pasare, el universo no para, por el amor o por el dolor, habremos de evolucionar hacia la misma dirección.
Esas son algunas de las principales leyes naturales que están por encima de cualquier religión o filosofía, y, cuando las propias religiones o filosofías proceden en el sentido de comprenderlas, se vuelven también benéficas. En caso contrario, en vez de ayudar a las personas acaban por esclavizarlas, creando dependencia y miedo.
Hay muchas líneas religiosas en el mundo actuando con bondad, seriedad y verdad, con todo no se puede ocultar que el camino del universalismo hace libre al ser humano, estimula la expansión de la conciencia y muestra que el determinismo puede ser la puerta de entrada para la oscuridad en la vida de las personas. Ello porque el universo es muy amplio para que determinados conceptos se conviertan en inmutables durante los tiempos.
Siendo así, bajo la dirección de los amparadores espirituales que me orientan en la práctica de la escritura mediúmnica, Cristopher, Astrol, Benedicto, Aurelio, Amilio, Tattus y otros muchos que aparecen para dar sus contribuciones a los artículos, me he dado cuenta de que los rótulos que tenemos en la Tierra, por la costumbre que tenemos de dar siempre nombres a cosas o situaciones, son de naturaleza puramente mundana, porque en el plano espiritual no hay separaciones. En las zonas más sutiles de nuestra existencia, los seres de Luz no disputan entre sí para ver quién es el más fuerte o poderoso, sino que se dedican sin descanso a unir esfuerzos, haciendo de esa unión la fuerza redentora que iluminará a la humanidad.
Por eso, cuando desees buscar y encontrar la evolución de la conciencia, no te preocupes por encuadrar los temas ligados a la espiritualidad, en especial los de este Web, como esto o aquello, de esta religión o de esta otra, porque no es lo que más importa, y no es lo que esos amados amparadores espirituales desean.
Particularmente, como profesor, conferenciante, estudiante de las religiones y de las lecciones de amor que dejaron los Grandes Maestros de la Humanidad*, como Gandhi, Jesús, Madre Teresa, María, Pena Branca, Padre Pío, San Francisco, Chico Xavier, Allan Kardec, Kuan Yin, Yogananda entre otros, siento gran simpatía por varias religiones o filosofías religiosas. Aun así, mantengo la creencia de que el hombre será especialmente libre si sabe crear la religión de la orientación interior, en la cual impera la filosofía del amor y de la práctica del bien.
En el contacto que he establecido con los orientadores espirituales durante todo ese período en que me dedico a escribir, he percibido la facilidad con que ellos transitan por todas las frecuencias vibratorias, donde están situadas las diferentes creencias humanas. De esa forma he comprendido con admiración que la mayor enseñanza es la de la unión de esfuerzos. Por eso va mi humilde opinión: que aproveches todo lo bueno que hay en todas las fuentes de contenido relativo a la espiritualidad y a la evolución de la conciencia, sin prejuicios ni críticas. Siente con el corazón cada forma de expresar el mensaje o de conectarte con Dios que puedas encontrar. Así, extrae tu verdad, la que debe iluminar tus pasos en el camino de tu vida eterna.
Utilizo, para la confección de la mayoría de los textos que escribo, el mecanismo de la mediumnidad. En la historia de la humanidad esa facultad psíquica siempre ha sido empleada por diversos pueblos, en sus más variadas manifestaciones. La mediumnidad fue y es ampliamente estudiada y practicada aquí en el occidente, junto a los hermanos de la doctrina espírita, codificada y difundida por el noble Allan Kardec. Sin embargo, el hecho de servirme de mis facultades mediúmnicas no me convierte obligatoriamente en un espírita, de la misma forma que no por participar en una misa he de convertirme en un católico, ni será por pronunciar mantras todos los días por la mañana que voy a convertirme en un budista. La mediumnidad es un don que todos, sin excepción, tenemos, y que particularmente vengo afinando desde hace cierto tiempo.
Me pronuncio de esta forma, con toda la verdad de mi corazón, respetuoso para con todas las religiones, alzando la bandera de la unión, para que comprendamos definitivamente que en el astral superior las corrientes de egoísmo no se cristalizan como en la Tierra. Por eso te pido, lector, que comprendas que cuando hablo así no lo hago jamás en tono de crítica, sino de celebración, porque junto a los amparadores espirituales he aprendido que ese es el mejor camino a seguir, el del universalismo espiritual y de la unión cósmica.
Todos nosotros seremos cada vez más felices cuando sepamos aprovechar la fe evangélica en la palabra de Jesús, la disciplina en las prácticas Hindúes, las iniciaciones espirituales de la Iglesia Católica, la protección extra-física y la cura sin igual de la Umbanda Sagrada, el intercambio libertador con los planos sutiles de la Doctrina Espírita, la sintonización con las corrientes de energías más elevadas del universo que hallamos en el Budismo, y así sucesivamente.Equipado con esa fuerza y con esa fe es como siempre me he presentado de forma dedicada al trabajo de transcribir las orientaciones que he recibido a lo largo de mi experiencia como escritor en la interacción con el mundo espiritual, pero sin jamás rotularme por eso. Soy hijo de Dios, soy un ser en evolución, ¡eso es lo que soy! Y también, por lo que he percibido, es eso lo que esos nobles amparadores desean para mí y para todos nosotros. No he alcanzado la iluminación, todavía no soy maestro de nada, pero soy un individuo empeñado en hacer algo para que, cada día más, conquistemos calidad de vida, conciencia cósmica y libertad espiritual. Por último, deseo desde el fondo de mi alma que podamos emplear todo el conocimiento espiritual para libertarnos, para ser más felices y principalmente para amarnos y amar a nuestro prójimo cada día más. Siempre que ese bienaventurado movimiento esté ocurriendo, podremos tener la garantía de que vamos por buen camino, navegando a favor de la corriente universal de evolución hacia el amor y para el bien mayor.
Sobre o autor WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante. Email: [email protected] Visite o Site do Autor