Hay personas que por miedo excesivo a la falta ahorran durante toda la vida y viven solo en función de lo que han establecido como reserva personal. Permanecen años y años en el mismo empleo, sin ninguna perspectiva de progreso, por temor a no encontrar nada igual o mejor que lo que ya tienen. Llegan a tener una vida mediocre, pero que les da seguridad.
El miedo a la falta hace a menudo que las personas vivan mal, sin permitirse nunca nada que pueda parecerse a un lujo, pues quién sabe, un día ese dinero que se ha malgastado puede hacer falta para algo.
El Universo es muy próspero y traerá a tu vida todo lo que quieras, siempre que confíes, que emplees tu poder personal y tengas plena certidumbre en la realización y el éxito.
El cambio personal comienza cuando detectamos la programación negativa que un día nos fue enseñada, lo cual normalmente ocurre en la niñez. Hijos de padres que pasaron muchas dificultades, que gastan o ahorran en exceso, padecen el miedo a la falta. La frase de más relación con este hecho es: nunca quiero pasar lo que mis padres pasaron.
Pese a todo, al detectar esa programación negativa o bloqueo energético, tenemos la posibilidad de eliminarla y, entonces, despertar para posibilidades nunca antes vivenciadas.
Las personas que no tienen una Conexión Divina plena piensan que la felicidad, en primer lugar, ha de ser construida fuera de ellas, y por eso se pasan la vida ahorrando para obtener lo que más desean. Sin embargo, en la práctica ocurre que cuando se deparan con el bien adquirido, normalmente lo encuentran acompañado de cierto vacío, pues los bienes materiales no colman nuestro campo de felicidad.
Sin embargo, cuando la Conexión Divina está plenamente establecida, la felicidad interior se adueña de nuestro ser, nos vuelve personas magnéticas y la ley de la atracción se establece en la vida, para traer felicidad y triunfo. Por tanto, el miedo a la falta no tiene espacio en la vida de quienes confían plenamente en que todo está en orden Divino y que el mañana será siempre mejor que el hoy.
Encontrar explicación en las situaciones o en las personas de nuestro entorno, es con frecuencia mucho más fácil que admitir que el problema está en nosotros y que tenemos que modificar nuestro patrón energético. La felicidad es el objetivo mayor de todo ser humano, pero ella no tiene espacio para entrar en nuestra vida si rellenamos toda nuestra existencia con la infelicidad.
En mi consultorio hago muchos atendimientos relacionados con planes de carrera. Trazo, conjuntamente con el paciente que acude a mí, sus objetivos personales y lo que desea alcanzar; después analizo en profundidad cada aspecto, y entonces empezamos el atendimiento con la Mesa Radiónica.
Hace algunos años, atendí a un médico que trabajaba en un hospital muy bien conceptuado de la red pública; decía que amaba lo que hacía, pero aquella referencia de hospital que un día lo había significado todo en su vida, incluida la parte humana, había dejado de existir por cuestiones de política interna. Quería cambiar de vida, pero el miedo a la falta atrofiaba cualquier iniciativa de cambio. No se sentía capaz de encontrar otro trabajo, ni tampoco de establecerse en otro lugar. Su condición económica era restricta y arrastraba muchas deudas. Le pregunté entonces el por qué de acumular tantas deudas y me contestó que cuanto más intentaba ahorrar para que algún día no le faltase, más gastos inesperados le aparecían.
Empezamos su tratamiento restableciendo el equilibrio energético por medio de la Mesa Radiónica y seguimos con la identificación de todos los acontecimientos significativos en su vida que le hubiesen determinado la escasez y el miedo como patrones enraizados de comportamiento.
Eliminamos cada bloqueo de su vida, incluyendo las situaciones complicadas de su niñez, así como las presenciadas en su vida profesional que le inculcaron el miedo a no corresponder a las expectativas de otros.
Siendo médico, reconoció el enorme poder personal que había en él; despertó, entonces, en su vida toda su confianza y seguridad personal; día tras día lo negativo y la infelicidad pasaron a dejar espacio para un nuevo despertar de conciencia.
Como bien sé, por la experiencia de muchos años en mi consultorio, cuáles vicios de comportamiento vuelven con mucha facilidad, le sugerí que no dejase su empleo actual, que agradeciese todos los días por tenerlo, ya que era la base de su sustento, y que empezase a buscar una nueva colocación.
Para que este proceso de recolocación se desarrollase, lo invité a hacer mi Curso de Radiestesia, en el cual enseño a trabajar objetivos personales formando egrégora de atracción.
Hoy está trabajando en cuatro hospitales privados con mucha proyección y respeto, dejó el empleo público y se siente realizado financieramente.
Si tú te identificas con el miedo a la falta en cualquier campo de tu vida, elimina ese bloqueo y percibe que la vida puede ser mucho más que lo que vives hoy.