Podemos pasar toda una vida cuestionándonos sobre como se desarrolla nuestra vida, los rumbos que toma nuestra vida, las personas que entran y salen de nuestra vida, pero lo increíble de todo esto, es que nunca pensamos que nuestra vida es como una computadora y, que por lo tanto, somos responsables de esta programación.
A veces, aún me sorprendo en mi consultorio, cuando le pregunto a un paciente sobre lo que desea para su vida y la persona responde que no sabe. He aprendido con humildad y con algunas dificultades, que si no sabemos a dónde queremos llegar, ¿cómo podemos trazar ese camino? En otras palabras, cómo podemos programar nuestra computadora sin saber el contenido que deseamos introducir. Una computadora puede ser planificada para realizar tareas sorprendentes, para ayudar a personas, como también, puede ser programado para cosas destructivas.
Podemos hacer de nuestra mente un hermoso jardín, donde puedan tener lugar los pájaros, mariposas y deliciosos aromas. Así como del mismo modo, podemos hacer una cloaca atrayendo ratas, cucarachas y buitres. La elección está en la programación que hacemos. De la programación que hagas en tu mente, vas a atraer o a rechazar las situaciones en tu vida, en la proporción de la intensidad y duración de tus pensamientos. Como sabemos y estamos cansados de escuchar: el pensamiento es energía y como tal tiene su poder.
Tener salud psicológica significa tener en la mente pensamientos positivos, equilibrados y sobre todo y en primer lugar, pensamientos conectados con lo Divino de la manera como su creencia actual se lo permita. Existen momentos en nuestras vidas, que sin darnos cuenta, nos vamos enredando en una maraña de situaciones agotadoras que no nos llevan a ninguna parte. Intentar ayudar a personas, que no quieren ayuda es uno de estos casos típicos donde dejamos de vivir nuestras vidas en el intento de mejorarle la vida a los demás; y el principal involucrado en este tema, sin embargo, muchas veces, sólo se acomoda y no progresa. Aprender a decir no es una sabiduría milenar, sin embargo, integrada solamente a la vida de personas sabias. Lo que no se dice en el momento y en el lugar adecuado, puede causarnos desgastes, pero también a largo plazo, puede generar un cambio de situación en aquel, que un día se intentó acomodar. Al expulsar de tu mente los pensamientos y emociones negativas le estarás negando energía.
Nuestro poder personal dice que tenemos que ser dueños y señores de nuestras vidas. Tenemos que, en armonía con el todo, saber entregarnos y confiar que el futuro siempre se abrirá de forma intensa y resplandeciente. Tener una actitud mental positiva no significa que tengas que ser susceptible a la opinión de los demás, significa que sabes lo que quieres para tu vida y que no te dejarás influenciar por la opinión de los demás. Una de las mejores maneras para mantener esta actitud mental positiva es confiar en su poder personal, amar de manera incondicional, ser humanitario y tener un lado espiritual firme e inquebrantable en tu convicción.
Tienes que amarte intensamente y verdaderamente, sólo así, no necesitará buscar el amor y la aceptación en otras personas. Cuando te permites que el otro sea la razón de tu existencia, con seguridad, permitirás que esa otra persona decida en tu vida. Tus emociones pasarán a ser fruto generado por otras personas. Si hoy fui muy bien tratado y me sentí aceptado, me siento feliz; si fui maltratado o despreciado, me siento triste. Es en este momento que debes preguntarte: ¿eres tú, el dueño de tu vida?
Tu frecuencia energética está compuesta por tu frecuencia vital, tu frecuencia emocional, tu frecuencia mental, tu frecuencia espiritual y es todo esto lo que te lleva a tu forma de pensar y de actuar. Estar con la frecuencia baja significa que atraerás todo lo que no deseas para tu vida. Tus pensamientos no pueden ser diferentes a tu frecuencia vibracional, es decir, de la manera como vibras así mismo serán tus pensamientos. Los pensamientos crean tu realidad. Tus sentimientos, comportamientos y todo aquello que atraes y magnetizas para tu vida, vienen de tus pensamientos.
Tus sentimientos y emociones no brotan por casualidad, ellos son creados por la manera cómo piensas. Los libros que hemos leído, nos recomiendan: piensa positivamente, piensa solamente en cosas buenas para tu vida; y ¿por qué será que no logramos permanecer en estos estados de pensamientos positivos durante mucho tiempo? Sencillamente, porque tu frecuencia vibracional no te lo permite, es imposible vibrar en una baja frecuencia y tener pensamientos elevados, siempre veremos el mundo desde la óptica que tengamos en nuestro campo energético. La única forma de cambiar todo esto, es tomando las riendas de nuestra vida.
Y para que puedas tomar las riendas de tu vida es muy importante que cuides tu energía, que equilibres y eleves tu frecuencia vibracional, y uno de los instrumentos más poderosos para esta transformación, es el tratamiento con la Mesa Radiónica. Tenemos incluso un propósito divino para nuestras vidas, que es difundir alegría y felicidad mostrando la plena convicción divina en la importante conexión que tenemos que tener con lo Divino. Hace unos años, atendí a una abogada que se sentía insatisfecha con su carrera profesional y sus resultados financieros a largo plazo; ella pensaba que había elegido la carrera equivocada. Quería convencerme en su relato, que la justicia era lenta e incluso que hasta que algo no se resolviera, no obtenía sus ingresos financieros y que todos los abogados vivían con la inseguridad de su futuro. Su convicción sobre la situación era ciega y sentí que nada la hacía cambiar de idea, a pesar de estar de acuerdo con ella en algunos puntos. Su infelicidad y su frustración profesional estaban interfiriendo en su vida personal y en su salud. Ya no sentía ganas de estudiar más, de actualizarse, sentía que la mala elección que había hecho, sería reflejo en su vida hasta el final.
Le explique detalladamente que en el proceso de cambiar de frecuencia y equilibrio de energías, se pueden modificar muchas cosas, le dije que sería como colocar su vida en Orden Divino. Entonces, iniciamos con el equilibrio de todas sus frecuencias energéticas y una vez que tomó consciencia sobre sus vicios de comportamiento; comprobé la presencia de un gran bloqueo energético cuando ella tenía 18 años; Y le pregunté qué le había ocurrido. Entonces, ella contó que en el colegio que ella estudió sólo llegaba hasta el octavo grado y en el colegio sólo había una sala para el área de Técnico en Química. Su pavor con ciencias exactas era enorme y en el octavo grado se hacían una serie de pruebas eliminatorias y solo pasaba para la educación diversificada los mejores alumnos del colegio. Ella terminó siendo eliminada, precisamente porque no le gustaban las ciencias exactas y no se dedicó a estudiar. Fue etiquetada por la familia y por todos a su alrededor y el sentimiento de fracaso pasó a hacer parte de su vida.
Una vez que sus frecuencias fueron equilibradas, y que su bloqueo fue eliminado, le sugerí presentarse como candidata para un concurso público y su primera reacción fue de susto. Le expliqué que ella tenía el equilibrio y potencial suficiente para pasar, y que era ella la que tenía que decidir en su vida. Actualmente ella trabaja como analista de un cargo importante en el gobierno, adora lo que hace, tiene reconocimiento, tiene estabilidad financiera, que le dan seguridad y se siente realizada.
El tratamiento con la Mesa Radiónica sólo le devolvió todas sus frecuencias energéticas y el equilibrio que siempre hicieron parte de su vida, pero que estaban enmascarados por pensamientos y emociones que no le pertenecían.