Dos palabras pueden ser de gran diferencia en nuestras vidas, el si y el no.
Aunque muchas veces reclamemos por la dificultad para conseguir satisfacer nuestros deseos, si mantenemos la plena atención en la forma como reaccionamos a los acontecimientos, podemos tener una sorpresa.
Esto es porque la actitud de recusar, de negación, es generalmente la postura más común que acostumbramos adoptar. Decimos no a nuestro poder, a los cambios que la existencia pone en nuestro camino, a las actitudes de los otros, cuando éstas no corresponden a nuestras expectativas.
Vamos, de a poco, sin querer, acumulando una avalancha de negaciones en nuestro interior que, con el tiempo, se transforma en amargura, inconformismo y frustración.
El no más necesario es aquel que se destina a defender el respeto a nuestra dignidad, a nuestro valor intrínseco como seres humanos. Aún en momentos en que necesitamos decirlo, debemos hacer esto de forma serena, segura y amorosa.
El si, cuando expresado con entusiasmo y aceptación genuinos, que incluye la totalidad de nuestro ser, abre las puertas energéticas poderosas y, como magia, transmuta lo que al principio parecía negativo, en algo positivo, pues trae nuevas posibilidades para nuestro crecimiento y vuelve la vida mucho más rica y plena de potenciales. Ejercitemos, entonces, el si, con la seguridad de que éste constituye la clave para nuestra conexión permanente con lo divino.
Si a la vida
Di si a la vida, abandona todos los no posibles. Aunque necesites decir no y sea difícil evitarlo, dilo, pero no te deleites en decirlo. Y, si es posible, dilo también en la forma de si. No pierdas ninguna oportunidad de decir si a la vida.
Cuando digas si, dilo con una grande celebración y alegría. Nútrelo, no lo digas reacio. Dilo amorosamente, con entusiasmo, con gusto, ponte totalmente en él. Cuando digas si, vuélvete el si!
Te sorprenderás al saber que 99 entre los 100 no, pueden ser fácilmente abandonados. Nosotros los decimos apenas como parte de nuestro ego, estos no eran necesarios, no eran inevitables.
…Obsérvate y observa a los otros y te sorprenderás: las personas están diciendo no por ninguna razón. Ella se satisfacen en decirlo: eso les da una especie de poder. Cuando puedes decirle no a alguien, te sientes poderoso.
Al abandonar el no, el ego desaparece.
OSHO, Believing in the Impossible Before Breakfast.