Una vida armoniosa es todo lo que todos soñamos. Sin embargo, la mayor parte de las veces nos debatimos ante tantas dudas, ansiedades y angustias, que la armonía parece un sueño casi inalcanzable.
Sin embargo, podemos transformar este estado en una nueva condición, desde que consigamos aprender a tener un mínimo de dominio sobre la locura mental.
Esta es la causa de todos los problemas que enfrentamos, visto que siempre nos remite a situaciones pasadas o a una proyección negativa del futuro. Mientras, la vida va pasando y el presente, la única realidad que experimentamos de hecho, sigue sin que nos demos cuenta.
Comenzar a observar ese torbellino interior en nuestra mente, no exige nada de especial, el secreto es simplemente observar. Para eso, se vuelve indispensable utilizar algún mecanismo de distracción de la mente.
Observar la respiración, el inspirar y expirar, caminar teniendo plena consciencia de cada paso dado, focalizar toda la atención en algún sonido o en la luz de una vela, son pequeños trucos a los que se puede recurrir para conseguir hacer con que la mente vaya, de a poco, reduciendo el flujo frenético de pensamientos.
Al principio este ejercicio nos traerá apenas pequeños lapsos de silencio, pero si conseguimos persistir, sorprendentemente, este tiempo se ampliará, hasta que la serenidad y la paz se vuelvan cada vez más presentes.
Estos intervalos nos conectarán con la dimensión divina de nuestro ser, la energía cristica, que no se identifica con los patrones dualistas de la mente, pues en ella la unidad con todo lo que existe es la única realidad.
La vida se vuelve entonces mucho menos complicada, pues dejamos de sufrir por los acontecimientos, por no identificarnos más con los patrones inconscientes de la mente y del ego.
Al contrario, la confianza en la existencia y en su poder de dirigirnos siempre para lo que se sintonice con nuestro corazón, se vuelve cada vez más presente.
"La mente es un gran siervo, una gran computadora. Úsala, pero recuerda que no debe dominarte. Recuerda que debes ser capaz de estar atento, que ella no debe poseerte in totum, que no debe volverse todo, que una puerta debe permanecer abierta por donde puedas salir del robot. Esta salida es llamada meditación".