Una de las tareas más desafiantes de nuestra existencia es libertarse de los condicionamientos que nos han sido impuestos por el mundo exterior. Estos generan creencias falsas sobre nosotros y que nos impiden vivir de verdad.
Para lograr eso, es esencial comenzar a prestar atención a todos los matices que componen al ser humano: cuerpo, mente, emociones y el Ser. El primer paso hacia el entrenamiento de la atención plena es la observación del cuerpo físico, sus reacciones y necesidades.
El segundo paso es el foco en nuestros pensamientos. Sin una percepción clara y objetiva del tipo de pensamientos que domina nuestra mente, seguiremos siendo dirigidos por acciones inconscientes y sufriendo las consecuencias de este tipo de actitud.
El tercer paso es observar las emociones. Para lograr alcanzar un estado de paz y equilibrio es esencial tener en mente que la observación es apenas el comienzo de la jornada. Pero, es una práctica esencial si queremos avanzar hacia nuestro crecimiento interior.
Al Ser, último estadio de la jornada, se llegará naturalmente al alcanzar el equilibrio entre mente y corazón. Cuando ellos no se encuentren más en conflicto y si en un estado de total armonía y los pensamientos siguiendo fielmente el patrón de la paz conquistada, ahí entonces, habrá espacio para vivir plenamente la experiencia del silencio.
"…Toda negación crea tensión. Acéptala. Si quieres relajarte, la aceptación es el camino. Acepta todo lo que esté sucediendo a tu alrededor.
…Si te relajas, aceptas; la aceptación de la Existencia es la única manera de relajar. Si hay una pequeña cosa que te perturba, esta es tu actitud. Siéntate silenciosamente, escucha todo lo que está sucediendo a tu alrededor y relájate. Acepta, relájate y de repente percibirás una inmensa energía subiendo dentro de ti.
Esta energía será percibida inicialmente como una profundización de tu respiración. Normalmente, tu respiración es muy superficial y, algunas veces, si intentas respirar más profundamente, comienzas a hacer pranayama, comienzas a forzar algo, haces un esfuerzo.
Tal esfuerzo no es necesario. Simplemente acepta la vida, relájate y de repente verás que tu respiración está yendo más a fondo que lo habitual. Relájate más y la respiración irá más profundo en ti. Se volverá lenta, ritmada y podrás casi saborearla, traerá cierto placer. Tomarás consciencia, entonces, de que la respiración es el puente entre tú y el Todo. Simplemente observa. No hagas nada.
Y cuando digo que observes, no intentes observar, si no te pondrás tenso nuevamente y te concentrarás en la respiración. Simplemente, relájate, permanece relajado y suelto. Y observa, pues ¿qué más puedes hacer?.
Tú simplemente observa. Recuerda: simplemente observa".