Uno de los mayores desafíos para el ser humano es aprender a aceptar el tiempo de existencia para el alcance de sus objetivos. Generalmente, el ego nos lleva a querer materializar nuestras metas de manera inmediata, sean las que sean. Sin embargo, la vida se encarga de hacernos entender que, en la mayor parte de las veces, nuestro actuar no es dirigido por la sensatez, la madurez y la confianza.
Al contrario, es guiado por la ansiedad, la angustia y la impaciencia. Cuanto más vemos frustrados nuestro deseos, más fácilmente corremos el riesgo de entregarnos al desánimo, a la depresión y al sentimiento de víctimas del destino.
Sin embargo, si conseguimos cambiar nuestra manera de ver la dinámica de la vida, tendremos la oportunidad de aprender importantes lecciones. No alcanzar la realización de una determinada meta puede revelarse una bendición, una vez que no todos poseen la sabiduría necesaria para saber de lo que necesitan para ser felices.
Este aprendizaje solo se vuelve posible para los que ya alcanzaron algún grado de consciencia, y consiguen percibir, a cada momento, cual es el propósito de la existencia al poner en su camino un determinado obstáculo.
Visto que el crecimiento solo sucede en los momentos desafiadores, si estamos plenamente atentos, seremos capaces de saber en cada uno de ellos, cual es la lección que aquella circunstancia pretende enseñarnos.
Así, al revés de quejas, podremos ofertar a la vida un profundo sentimiento de gratitud.
"No hay cielo y no existe infierno. Estos no son geográficos, son parte de tu psicología. Son psicológicos. Vivir una vida de espontaneidad, verdad, amor y belleza es vivir en el cielo. Vivir una vida de hipocresía, mentiras y compromisos para vivir de acuerdo con los otros, es vivir en el infierno.
Vivir en libertad es el cielo, y vivir en la esclavitud es el infierno.
…Mi idea de cielo es sobrenatural. El cielo es aquí, tú tienes que saber apenas como vivirlo. El infierno también está aquí, y tú sabes muy bien como vivirlo. Es apenas una cuestión de cambiar de perspectiva, tu abordaje en relación a la vida.
La Tierra es linda. Si comienzas a vivir su belleza, apreciando sus alegrías sin culpa en tu corazón, estás en el paraíso. Si condenas todo, cada pequeña alegría, si te vuelves un condenador, un envenenador, entonces la Tierra se transforma realmente en un infierno, pero solo para ti. Depende de donde vives, tiene que ver con tu propia transformación interior. No es un cambio de lugar, es un cambio de espacio interior.
Vive con alegría, sin culpa, vive totalmente, vive intensamente. Entonces el cielo no es más un concepto metafísico, es tu propia experiencia".
OSHO. O Livro da Sabedoria