¿Me siento yo realmente merecedora de ser feliz? Aplazar cosas, crear estorbos y poner en manos de otro mi felicidad son algunas trampas corrientes.
Podemos llenar nuestra agenda de compromisos o de obligaciones de realización que nos llevan a soportar un fardo y una sobrecarga innecesaria. Podemos asimismo colocar estorbos tales como cuando llegue a tener mi casa, cuando me gradúe, cuando me case, cuando tenga hijos, pero de todo eso queda el “cuando”; aunque éste puede demorarse mucho y tú tienes derecho a ser feliz hoy. Puede haber asimismo la posibilidad de que aplaces tu felicidad esperando a que el otro te haga feliz, lo cual es una de las mayores trampas.
Descubre el lado bueno en todo lo que vivas y hagas. Cuando aprendemos a vivir conforme al fluir de la vida, aceptamos dónde estamos y la vida que elegimos en este momento. Significa comprender por qué vives lo que estás viviendo y sumergirte intensamente en las emociones del ahora, a fin de comprenderlas y trascender el momento. Todo cuanto necesitamos para ser felices está dentro de nosotros.
No es preciso que luches de manera continua con la vida y por la vida; lo que tienes que hacer es reconocer cómo y dónde te encuentras hoy, decidir lo que quieres, y entonces enfocarlo para que se realice.
Si vives hoy de una forma que no te agrada, ten la absoluta seguridad de que has cambiado y has crecido, y por ello has llegado a esa conclusión; lo que te falta ahora es descubrir el bloqueo energético que te ha llevado a tal situación, y entonces eliminarlo, para que tu realidad se convierta en lo que deseas. Tú atraes magnéticamente a personas y situaciones conforme a tus registros en el subconsciente.
Lo que de hecho impide tu felicidad es el choque entre tu lado consciente, que dice lo que tú quieres y deseas de inmediato, y lo que tu lado inconsciente atrae de hecho, como una necesidad de resolver situaciones pasadas. Puesto que negar uno de los lados es imposible, la salida es definir exactamente los momentos que te han dejado marcas traumáticas registradas en tu inconsciente, y eliminarlas de forma energética mediante la Radiestesia, a fin de lograr una unificación entre lo que tú deseas y lo que te hecho te sucede; y entonces, como recompensa final, viene la felicidad.
¡Donde hay vida, hay cambio! Cuando te resistes a un cambio, te resistes a la vida. Puedes tener la seguridad de que todo ser humano nace para ser feliz. Cambia para tu felicidad.
Darás un giro a tu vida en cuanto te conectes de manera intensa y honrada contigo mismo, descubriendo qué es lo que te impide ser feliz, y a medida en que desees transformarte.
Atendí hace algún tiempo a cierta persona que se decía infeliz y sobrecargada por la vida. Describió de forma intensa todo lo que venía haciendo y viviendo.
Percibí en sus palabras que no se sentía merecedora de ser feliz y cómo buscaba situaciones y personas que conformaban ese hecho. En mi primer análisis no dije nada. Empecé el equilibrado de todas sus frecuencias energéticas mediante la Mesa Radiónica y, a continuación, pasé a la identificación del bloqueo que le hacía no sentirse merecedora de la felicidad.
Localicé un momento, cuando ella tenía diez años. Me miró asombrada y empezó a contarme que su padre había sido atropellado delante de ella por un conductor que había perdido el control de su automóvil, a la puerta de su casa. Me dijo asimismo que su padre era la única persona que tenía, ya que su madre había muerto en el parto al nacer ella. Desde aquel día ¡ella perdió la razón de vivir! Esperé a que la emoción intensa se diluyese; y en la energía del momento, empecé el desbloqueo de tal registro en su subconsciente haciendo uso de la Mesa Radiónica.
Durante el transcurso de los meses siguientes, fueron innumerables las situaciones positivas vividas, y en el relato final, oí la frase: hoy decidí que quiero de hecho ser feliz, por eso atraigo tantas situaciones en la opción de elegir la mejor para mi vida.
Publicado por Maria Isabel Carapinha
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