Uno de los mayores desafíos del ser humano es lidiar con los cambios; visto que estos son la única cosa inalterable en la existencia --o sea, la vida es eterno cambio-- estos se vuelven un aprendizaje esencial.
El ego tiene pavor al cambio. Desea mantenerse siempre en una situación que le es familiar, cómoda e ilusoriamente segura. El gran test es, durante los cambios, ser capaces de mantenernos centrados.
El concepto de centralización precisa ser comprendido debidamente. No se trata de encarar el cambio sin ningún miedo, esto sería irreal, visto que lo desconocido siempre nos moviliza internamente, en principio.
El secreto es observar estos sentimientos y seguir adelante a pesar de ellos. Esto significa no darles energía, no permitir que estos asuman el comando. En la medida en que continuamos adelante, aunque la resistencia a lo nuevo esté ahí, la cuestión primordial pasa a ser descubrir la capacidad que existe en nosotros de encarar el desafío.
Al contrario de focalizarnos en la tentativa del miedo de querer paralizarnos, precisamos demostrarle quien es el que está en el comando. La seguridad de que estamos yendo en el camino correcto será dada, en algún momento, por nuestro verdadero Ser. La Presencia siempre sabe que camino nos llevará al crecimiento. Basta apenas estar atento al momento en que esta verdad nos será revelada.
"El Tantra dice: no abandones aquello que estás cambiando, muévete con eso. No te aferres, sino, muévete. ¿Por qué tener miedo?
Muévete con eso y vive con eso. Permítete que eso suceda y muévete con ello. Consume el cambio a través del cambio.
No tengas miedo, no te escapes. ¿A dónde te vas a escapar? ¿Cómo puedes escaparte? En todo lugar existe un cambio. El tantra dice que todo lugar es cambio. ¿Hacia dónde escaparás? ¿Hacia dónde puedes ir?
Hacia donde vayas, el cambio estará allí. Todo escape es en vano, entonces, no intentes escapar. ¿Entonces, que hacer? No te aferres. Vive el cambio, sé el cambio. No crees ningún problema con él. Muévete con él. El río está fluyendo, fluye con él. Ni siquiera nades. Deja que el río te lleve. No pelees con él, no desperdicies tu energía peleando con él, simplemente relájate. Mantente relajado y muévete con el río". Osho