Una de las principales causas de angustia para el ser humano es el miedo al fracaso. Este concepto, generalmente, está relacionado a la ausencia de reconocimiento del mundo exterior, que se manifiesta a través de la escasez financiera.
Como la cuestión material está intrínsecamente ligada a nuestro sentido de la autoestima, cuando no conseguimos alcanzar el nivel determinado por la sociedad en lo que se refiere al éxito, el sentimiento de inadecuación e incapacidad nos invade invariablemente.
Para huir de esta trampa solo hay una salida y ésta se resume en la capacidad de rever las necesidades propias, de modo de descubrir cuales son las que de hecho poseemos y cuales son las que nos fueron impuestas como siendo esenciales.
A medida que vamos revendo nuestras elecciones, descubrimos que somos libres para optar por aquellas que nos hablan directo al alma, al revés de simplemente aceptar como inevitable el patrón impuesto de afuera.
Así, nos vamos fortaleciendo hasta que conseguimos elegir las situaciones de vida en que la recompensa material, aunque no sea espectacular, nos permite vivir con total dignidad.
El concepto de valor que atribuimos no estará más relacionado a la cantidad de dinero que conseguimos acumular y sí a la intensidad de la satisfacción que alcanzaremos conseguir al seguir, por sobre todo, nuestro corazón.
Es claro que tener recursos materiales abundantes puede ser satisfactorio pero, si ellos no están presentes, no por eso debemos considerarnos seres de segunda clase.
Cuanto más peso pongamos en la riqueza material, mayor será la chance de que nos sintamos sin ningún valor, caso ésta no este presente y, consecuentemente, nos quedemos paralizados por el miedo de fracasar en el intento de alcanzarla.
"No iremos a volvernos algo, ya somos algo. Esa es la esencia del mensaje de aquellos que despertaron: que no tienes que alcanzar nada, eso ya te fue dado. Es el regalo de Dios. Ya estás donde deberías estar, ni podría ser diferente, no puedes estar en otro lugar.
No hay ningún lugar a donde ir, nada para alcanzar. Y como no hay ningún lugar para ir y nada a ser realizado, puedes celebrar. De esta manera, no hay prisa, no hay preocupación ni ansiedad ni angustia ni miedo de fracasar.
Tú no puedes fracasar. Por la propia naturaleza de las cosas es imposible fracasar, porque no existe la cuestión de tener éxito". Osho
Publicado por Elisabeth Cavalcante
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