¿Estás viviendo la vida que te gustaría? Si la respuesta a esta pregunta es un sí, es señal de que te preocupaste en seguir la voz de tu corazón y vivir en sintonía con los deseos del alma.
Si es un no, es una indicación de que tal vez te hayas dejado llevar por los condicionamientos que te fueron impuestos por tus experiencias y no creíste de manera plena en tu poder interior.
Muchos podrán argumentar que las circunstancias de la vida fueron adversas y no le permitieron vivir lo que les gustaría. Algunas veces esto puede, de hecho, haber sucedido.
Sin embargo, aunque esto sea una verdad, la cuestión es que la mayoría de nosotros se conforma, se deja derrotar por las frustraciones de sus expectativas y desiste de ir atrás de sus sueños.
Vivir la vida que se quiere exige persistencia, perseverancia y, por sobre todo, asumir una postura de co-creador junto con la existencia. Esto puede parecer una utopía, pero es real.
Cuando hacemos nuestra parte, o sea, nos dedicamos, perseveramos y emprendemos todas las acciones necesarias para realizar nuestro deseo, la existencia responde a nuestro esfuerzo.
Esto es saber alternar los momentos de acción, con otros de puro relax y confianza. Así, se vuelve cada vez más posible que aquel querer deje de ser apenas un deseo y pase a ser nuestra realidad permanente.