Siempre que nos vemos ante situaciones difíciles, retadoras, que exigen de nosotros decisiones para las cuales no nos sentimos preparados, somos tentados a buscar una salida en nuestra mente, con la esperanza de que la razón nos indique un camino seguro.
Y, en tales momentos, podemos vernos sorprendidos por el descubrimiento de que el conocimiento intelectual, ese que adquirimos a través del estudio, de los libros y de las experiencias que nos han sido relatadas por otras personas, no es suficiente para darnos la confianza deseada.
Necesitamos, entonces, recurrir a otra forma de ayuda, aquella que viene de nuestro propio ser y no siempre tiene como base vivencias anteriores. Ella se presenta como un pálpito repentino, inesperado, al que denominamos intuición.
La intuición es la expresión de la sabiduría, que puede ser resultado de innumerables experiencias acumuladas de tentativa y error o simplemente la expresión de la sabiduría original de la Fuente, raíz de todo lo creado, incluyendo el ser humano.
Al principio tendemos a dudar de ese don, ya que nunca se nos ha dicho que existiese. Sin embargo, con el tiempo, si somos capaces de desarrollar el arte de la paciencia y de la observación atenta, nos vamos acostumbrando a oír esa voz interior y a confiar en ella.
Siempre que la vida nos ponga frente a encrucijadas, nuestro reto es no permitir que las emociones asuman el control. Sólo así será posible acceder a la sabiduría, que es parte indisociable de nuestro ser.
"El conocimiento no es tuyo... él te es prestado. El conocimiento te es prestado para otros propósitos. Sí, hay una posibilidad de prestar conocimiento sobre el mundo porque el mundo está fuera de ti, y es objetivo. Ciencia es conocimiento; ciencia, la propia palabra, significa exactamente conocimiento. Pero religión no es conocimiento.
El conocimiento continuará encantando, decorando, enriqueciendo tu memoria, pero no tu ser. Tu ser es un fenómeno totalmente diferente. De hecho, el conocimiento creará barreras. La persona tiene que desaprender todo lo que ha aprendido - sólo entonces ella llega al ser. Ella tiene que ser inocente. No saber es lo más íntimo. Saber crea distancia.
La verdad no está separada de ti; es tu centro más íntimo. Siendo así, tú no necesitas aprenderla de nadie. Entonces ¿cuál es la función de los Maestros?
La función de los Maestros es ayudarte a abandonar tu conocimiento, ayudarte a desaprender, ayudarte hacia el estado de no condicionamiento.
Tu conocimiento significa que estarás siempre mirando a través de una cortina y esa cortina lo distorsionará todo. Y el conocimiento está muerto.
La consciencia es necesaria, saber es necesario, un estado de visión es necesario, pero no el conocimiento".
Osho