Generalmente la violencia física se produce como extensión de relaciones en que el abuso psicológico ya viene ocurriendo. Las dinámicas más corrientes implicadas en esas situaciones suelen ser de control, acorralamiento e inserción de culpa. Antes y durante los ataques de violencia, las víctimas suelen ser ridiculizadas de modo directo o indirecto, pasando por toda suerte de humillaciones, insultos y desprecios.
Las más de las veces, los abusadores son psicópatas sociales y muchos de ellos también son personas que pasaron o presenciaron escenas de violencia en sus propias vidas, pero no tuvieron condición emocional para dar nuevo significado a tales vivencias.
Aparte del peligro psicológico que envuelve el abuso emocional en su extensión física, el respeto desaparece por completo y aunque el abusador pida disculpas por sus actos, aún así advertirá a sus presas de que ellas son las mayores culpables por haberles hecho perder la cabeza. Lo peor es que muchas de las víctimas de esos violentos abusadores, con el tiempo acaban por creer en las peligrosas fantasías de sus parejas, hasta el punto de llegar a dudar de sí mismas. El error ocurre hasta en aquellas que saben defenderse físicamente, cuando, asustadas y perplejas, permanecen congeladas, sin reacción alguna, en la infundada ilusión de que pronto pasará todo aquello.
El riesgo mayor es cuando las víctimas banalizan las graves situaciones en que su vida realmente corre peligro, alegando que en el fondo tales abusadores son personas buenas y que sólo ha sido un mal momento. No pocas son las veces en que los denuncian y luego se vuelven atrás, negando la gravedad de los hechos.
Todas las situaciones que envuelven abuso emocional y violencia física necesitan medidas jurídicas severas y mucha ayuda psicológica para que las víctimas puedan recobrar la cordura y el discernimiento.
Los traumas son de gran espectro, las conductas para que todo el organismo se estabilice volviendo a lo normal suelen requerir psicoterapia especializada, y a menudo hay que contar incluso con ayuda psiquiátrica.
Nadie debe ser connivente con ningún tipo de abuso, por ínfimo que pueda parecer, intentando convencerse o convencer a otros de que la violencia emocional y las agresiones sufridas no fueron tan graves y que sólo forman parte de algún pico de descontrol; también es prudente no dar crédito a las promesas de que tales actos no volverán a ocurrir.
Cualquier tipo de violencia debe ser tomado en serio; en tal situación, el silencio y la falta de actitud son enemigos fatales.
Los motivos que llevan a muchos a someterse a tal tipo de violencia está en el área del desamparo, de la desilusión respecto de poder tener una vida diferente del drama en que están. De ahí la importancia de artículos, documentos y ayuda terapéutica competente, para que las víctimas puedan unirse contra las fuerzas coercitivas que tratan de rebajarlas en su condición.
La tendencia, si no hay denuncia o modo de escapar a esas relaciones, es que, con el transcurso del tiempo, las agresiones evolucionen. Cuanta más sumisión, cuanto más miedo de recibir agresiones sin tomar actitud alguna, más se recrearán los abusadores. Muchos sienten cierto placer sádico al ver a sus presas sucumbir en sufrimiento de dolor y miedo. Aquellos que son del espectro de los narcisistas perversos/psicópatas no cesarán mientras que el brillo/vida de sus parejas no se apaguen por completo.
Las víctimas necesitan permanecer despiertas y fortalecerse sabiendo exactamente cómo es que ellos funcionan, para no perpetuarse en las situaciones de aparente calma chicha. Cuando protestan y adoptan actitudes de lucidez atreviéndose a romper, ellos suelen moderarse en sus actos, para no ser descubiertos, pero si en ese momento las víctimas continúan en la relación, el mensaje dado es que ellos literalmente pueden hacer de ellas lo que quieran.
Cualquier persona que se encuentre en una relación donde la violencia impera, debe reunir fuerzas para salir de inmediato de esa relación, debería asimismo buscar ayuda terapéutica para poder reprocesar los traumas vividos en ella y para entender el por qué de estar envuelta en una situación de abuso, resolviendo todo el malestar emocional accionado.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos