Una de las mayores fuentes de sufrimiento del ser humano es el miedo a equivocarse. Este sentimiento está directamente relacionado con el miedo al juzgamiento ajeno.
Cuando estamos puestos en alguna situación donde nos convertimos en el centro de las atenciones, y por consiguiente vemos nuestro comportamiento evaluado por otras personas, nuestra seguridad queda puesta en jaque.
Aquellos que no han desarrollado una confianza sólida en sus cualidades suelen tener pavor a la exposición. El miedo no significa que la persona insegura no tenga cualidades o talentos.
La cuestión es que ella pone en duda estos dones, quizá por haber tenido unos padres demasiado estrictos y exigentes, para los cuales nada nunca era considerado lo suficientemente bueno.
O, también, por el hecho de que en algún momento no tuvo el reconocimiento esperado y por esa razón interiorizó la idea de que es incapaz.
La crítica suele ser la mayor pesadilla de aquellos que se han vuelto dependientes de la opinión ajena para sentirse alguien de valor.
La libertad sólo puede venir en el momento en que dejamos de ver en el fracaso una condenación definitiva. Mientras no aprendamos a aceptar que la vida contiene, en la misma medida, la realización de nuestros deseos y su frustración, permanecemos estancados, abriendo mano de la posibilidad de realización por temor al fracaso. "No te preocupes con las críticas y no estés interesado en los elogios.
Si estás interesado en ser elogiado por los otros, entonces no podrás permanecer indiferente a la crítica.
Mantente aparte.
Elogio o crítica, todo es lo mismo". Osho