Es este el único y esencial objetivo de la jornada interior: desarrollar el arte de la confianza. Si tú eres capaz de confiar, no importa cuál sea la situación en que te encuentres, habrás desvendado el mayor secreto de la existencia.
Para la mayoría de nosotros, la confianza sólo es posible cuando todo va conforme a nuestros deseos. A partir del momento en que la vida se presenta de forma inesperada, y nuestras expectativas se disuelven, la confianza desaparece.
Cuanto más podamos confiar, algo sucederá y no sólo nuestra situación externa se transformará, sino principalmente nuestro crecimiento interior.
Mientras no creamos de modo absoluto que todas nuestras necesidades serán suplidas y que todo lo que nos fuese necesario se nos dará en el momento oportuno, ni antes ni después, el aprendizaje no será más que una ilusión.
Este es el segundo gran test para nuestra ansiedad: el hecho de que recibiremos exactamente lo que necesitamos. Aprendemos que es preciso siempre trabajar por el exceso, por la sobra, pues la inseguridad en cuanto al futuro nos hace exigir siempre más.
Si estamos dispuestos a abrir mano de este condicionamiento, poco a poco iremos aprendiendo a observar cómo la existencia cuida de nosotros. Ella no nos ignora, al contrario, cuanta más confianza depositamos en ella, más amorosamente ella nos responde.
Las preocupaciones nos parecerán innecesarias, tan pronto como seamos capaces de descubrir esa clave. La magia de la confianza es que, cuanto más la cultivamos, más posibilidades atraemos hacia nuestras vidas.
Un día ese proceso se transformará en el arte de desarrollar la seguridad en la inseguridad y vislumbrar belleza en la incerteza.
"Siempre que alguien está confiando lo suficiente, Dios se revela, abre sus misterios.
Esos misterios no son desvendados debido a tu curiosidad. El conocimiento resulta de la curiosidad, la sabiduría resulta de la revelación". Osho