Aún insisto en olvidar Su Amor por mí y cómo eso transforma mi vida, inmediatamente a Su Recuerdo.
¡Estar con Él es el rescate de Todo!
No sé cómo aún me alejo de Su Amor.
Cuando Lo veo, antes presiento la brisa fresca de Su Presencia, mi pecho se llena de Luz.
El Señor de la Luz cuida de mí, ¡es mi hermano más querido!
Se aproxima y con Su Mirada, noto cómo todo miedo, toda inseguridad inútil, toda duda, desaparecen.
Me siento ante Él, levanto mi cabeza, y me pregunto cómo puedo aún estar vacilante en mis actos.
Una vez más, sólo con Su Mirada, me cubre con Su Amor, que instantáneamente me cura, me hace fuerte y la alegría de mis nuevos días retorna.
Aún sentada, como un chiquillo escuchando cuentos, oigo el canto de Su Voz, que dice - cuando te sientas sola o sin fuerzas ven hasta aquí, siéntate y cuéntame tus dificultades.
Me emociono con Su Invitación.
¡Compartir su visión ya lo cura todo dentro de mí!
Me levanto y me despido.
Abro lentamente los ojos, aún veo su indescriptible sonrisa diciéndome - "¡confía más en ti! Asume tu Gran Fuerza.
Transforma tus dudas en certezas y cuenta siempre conmigo a tu lado."
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