Utilizamos palabras para comunicamos con nuestros semejantes, con Dios e incluso con nosotros mismos, pues incluso cuando pensamos estamos utilizando palabras. Pensar cosas malas crea una atmósfera negativa en nuestra mente y ésta pasa a interpretar de forma semejante el mundo, el contexto a nuestro alrededor, o sea, de forma negativa. Por otra parte, es lógico y fácil comprender que si mantenemos pensamientos positivos el resultado será también semejante a estos pensamientos, o sea positivo.
Henry Ford decía que "tanto si piensas que puedes como que no puedes, de cualquier manera estás en lo cierto".
Por ello, procura identificar los pensamientos dominantes en tu mente. Fíjate en cuáles pensamientos positivos o negativos cultivas, y en qué contextos de tu cotidiano.
Fíjate asimismo en cómo se modifica el contexto a partir de tus pensamientos; para ello basta ejercitarte y cuando estés en un contexto negativo y percibas que tus pensamientos están en esa sintonía, modifícalos inmediatamente y observa el resultado. Hace falta disciplina, pero es perfectamente posible con un pequeño esfuerzo. A partir de esta percepción, tú te motivarás para realizar cambios más profundos en tu forma de pensar, y por consiguiente, empezarás a conseguir más y más cosas, adquiriendo una fe en la vida y en ti mismo que te llevará a una nueva realidad, conseguida y mantenida por ti. En Génesis (1.26-28) "Entonces dijo Dios: Hagamos el hombre a nuestra imagen y semejanza".
Dios es una mente que piensa y que así hace existir el universo. Nosotros, de la misma manera, somos mente que anima nuestro cuerpo, y nuestros pensamientos crean nuestra realidad física, nuestro contexto. El pensamientos crea emociones y con ello modifica nuestra manera de ver el mundo, modifica nuestro mundo, pues vivimos el mundo a partir de nuestros sentimientos. Así, en Proverbios (4-23) tenemos una advertencia: "Sobre todo, guarda tu corazón, pues de él depende toda tu vida".
Debemos cultivar pensamientos buenos para tener emociones y sentimientos buenos en nuestra vida, recordando que nuestra existencia no es solitaria, sino que influimos y somos influidos a todo instante por el mundo a nuestro alrededor y también por las personas con quienes convivimos. Tenemos, por tanto, la responsabilidad de crear un contexto positivo de prosperidad, amor y salud, llevando todo esto a nuestros semejantes. Somos célula de un proyecto mayor.
Consulte grátis
Avaliação: 5 | Votos: 1
Sobre o autor WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante. Email: [email protected] Visite o Site do Autor