Beth llegó al consultorio quejándose de insatisfacción con la vida.
Pregunté a sus mentores espirituales qué era lo que estaba originando esa insatisfacción.
Ellos mostraron a Beth que en una encarnación pasada sentía tanta rabia por no tener los mismos talentos que su hermano que acabó por quitarle la vida.
En su encarnación actual Beth estaba repitiendo el mismo error: envidiar los talentos y las cosas de otros y no valorar los suyos.
Beth no era consciente de que ese comportamiento es un error, pues le parecía normal estar todo el tiempo comparándose con otros y compitiendo. Beth comparaba su belleza, su inteligencia, su riqueza, sus habilidades; y, como siempre encontraba a alguien superior a ella en algún aspecto, vivía triste e irritada. Quería ser la mejor en todo.
Su mentor la enseñó a valorar sus propios logros sin compararse con nadie.
A medida en que Beth fue siguiendo las orientaciones de su mentor y dejando de competir con otras personas, empezó a encontrarse cada vez mejor. Empezó a valorar lo bueno que tenía, empezó a agradecer por ello y a amarse más.
Con ese cambio en su forma de ver la vida, la depresión se marchó gradualmente y Beth se volvió una persona mucho más feliz.
La Terapia Reencarnacionista viene ayudando a muchas personas a superar sus miedos y problemas.
¡Ella también puede ayudarte a ti!
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¡Hacer el bien siempre hace bien! Gratitud, paz y luz,
Valéria Centeville y Leonel Vicente - Terapeutas Reencarnacionistas
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