Reconocer nuestros límites es imprescindible para mantener nuestra salud física y mental en orden. Siempre que vamos más allá de la línea razonable tenemos que pagar un alto precio por ello.
En algunos momentos de nuestra vida es preciso revisar planes, fijar nuevas metas y decir adiós a algunas situaciones que acaban sorbiendo nuestras energías, incluso sin que nos enteremos.
A lo largo del tiempo he venido notando lo importante que es escuchar lo que dice nuestro cuerpo. Los síntomas nos indican que algo anda mal, que hemos de descubrir las causas para lograr la sanación o una mejoría sustancial.
De nada sirve pelear contra los síntomas o simplemente remediarlos.
Entender lo que nos dicen es el camino para que no reaparezcan ni vuelvan a surgir quizá con otros ropajes, para el caso, otro síntoma/dolencia.
La enfermedad sucesiva y sistemática de una persona indica que algo en aquel organismo no va bien. Saber interiormente qué es lo que no va bien es una pregunta que debemos hacernos.
¿Qué pasa conmigo, que estoy enfermando con tanta frecuencia? ¿Qué es lo que no estoy respetando en mí? ¿Qué límites estoy sobrepasando? ¿Qué debo revisar para cambiar la situación?
Estas son algunas cuestiones que podemos tener en cuenta si estamos pasando por fases de enfermedades en nuestra vida. ¿Qué es lo que estos síntomas están tratando de decirme?
Espero que esta pequeña reflexión pueda aportarte luz para que de algún modo logres pensar en tus síntomas como aliados y así poder avistar una realidad que no te es posible ver de otra manera.
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