Hace tiempo estoy pensando en escribir sobre el amor de quien ama solo... No por no ser correspondido, ni por cultivar la soledad... sino el amor de quien se sabe merecedor de sí mismo, amante de la vida y de todas sus magníficas razones para amar.
Las personas acostumbran preguntarme si solo es posible ser feliz al encontrar nuestra media naranja... Acostumbran cuestionar las posibilidades de satisfacción y alegría cuando estamos solos... Así que, dedico este artículo a quien ama, simple y solamente ama.
Sobre todo porque es primavera... y así fuese verano, otoño o invierno; pero sobre todo porque es primavera. Tiempo de flores, colores, perfume, inspiración y muchas más sonrisas, me siento invadida por un amor que es singular, impar, que no necesita de par.
Curiosamente... el amor parece estar siempre en la búsqueda... pediendo complemento, lazos... Realmente creo en eso. Sin embargo, se que es absolutamente posible y hasta probable, que pasemos muchas temporadas de lazos deshechos, aun cuando ello no signifique ya, nostalgias o dolor, lamento o pérdida.
Al contrario, podemos descubrir calles encantadas, palabras que aun no fueron dichas, sentimientos escondidos, alegrías que aún no fueron saboreadas... porque de hecho, nunca estamos solos. Somos siempre “nosotros”... yo y otro “yo” superior, más sabio, más fuerte, más equilibrado. Un “yo” que me engrandece, que me hace crecer, que me enorgullece con su existencia casi misteriosa, dentro de mí misma.
Usted conoce ese “yo” suyo?! Usted lo tiene ahí dentro, puede apostar! Y apueste aún más: que él es apasionante y sorprendente. Aproveche! Es primavera! Invítelo a dar un paseo...
Propóngase andar descalzo sobre la tierra, sobre la hierba, a la orilla del mar... Permítase mirar al cielo, cerrar los ojos y sentir el sol penetrar en sus poros... Derrámese sobre un suelo que le agrade, en una sensación que le haga despertar... en un encuentro que le haga percibir que es en la simplicidad donde está el amor!
Lo se... eso parece ridículamente sentimental; mas no lo es! Entregarse al amor por sí, mas que auto estima, es reconocerse como un ente divino, del que solo existe un único ejemplar: usted!
No sabe como? Tal vez este sea realmente un buen momento. Observe los árboles, llenos de flores... el camino, lleno de pétalos. Mire hacia arriba y note todos los matices que le son propuestos. Mire hacia abajo y siga sus propios pies. Tal vez ellos no anden por un nuevo camino, pero, ciertamente, podrían tener una nueva manera de caminar.
Y, finalmente, sea humilde. Sea receptivo ante la esplendorosa fiesta de esta estación... Porque, tengo la certeza, que dentro de su “yo” vive un amor que desea florecer, despertar... hecho flor, hecho corazón, hecho la linda persona que es usted.
Feliz primavera, con todo mi amor!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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Publicado por Rosana Braga
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