La semana pasada, por algunos días, y en esta también, desperté con una sensación de domingo.
Antes de abrir los ojos y acordarme de quien era yo, y de todas las cosas que nos vienen a la cabeza cuando despertamos, que identifican quienes somos y donde estamos, inclusive en el día de la semana y en las fases de la vida, y todas las cosas que ese día trae y que ese recuerdo de quien somos también trae... ya en el primer minuto... aún antes de abrir los ojos... me venía la sensación de que era domingo...
Como se que nada sucede por casualidad, me observé al despertar todos esos días con esa sensación de domingo y confieso que me gustó...
Permanecí imaginando cual sería el mensaje de mi alma...
El más obvio sería que estoy necesitando unas vacaciones... pero, uniendo eso a todo lo que me ha sucedido en términos de abrir la consciencia a un nuevo tiempo, creo que esa sensación de domingo también tiene que ver con el hecho de que podemos vivir todos los días como un día domingo...
O puede ser... Estaba imaginando otras cosas que podrían estar siendo indicadas por esa sensación de domingo, cuando el teléfono sonó interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.
Mi amiga, del otro lado de la línea, me preguntaba si yo sabía que “significaba” la cigarra.
Le dije que no sabía a ciencia cierta... pero que me parecía que ella simbolizaba a alguien que disfruta de vivir... que acepta tener una vida con más placer. También hice una asociación con el Don... vivir del Don.
Pero, conversación viene... conversación va... me olvidé de la cigarra y cuando corté la comunicación telefónica volví al texto que estaba escribiendo y que ni sabía a donde iría a parar... Confieso que comencé a contar la sensación de domingo, pero no sabía que fin tendría eso...
La cigarra... vive en un eterno domingo, pensé. Recordé que en aquella fábula de la cigarra y la hormiga, yo siempre tuve más simpatía por la cigarra... Mucha más... Tanto que me encantó aquella nueva versión, donde la cigarra, en el invierno, tiene un enorme éxito como cantante en Paris...
Trabajar con el Don y vivir de ese trabajo, tiene mucho que ver con esa sensación de domingo, porque los compromisos de trabajo, en lugar de aprisionarnos, nos llevan donde podemos encontrar más libertad y alegría...
Intenté razonar, pero... la cigarra insistía en cantar en mis oídos una canción tan melodiosa y profunda que en aquel canto ella fue hasta el final... y me llevó con ella hacia un recuerdo muy antiguo... Allá... por un segundo, me vi cantando una canción que venía de la alegría de estar en el Don... y que colorearía de domingo todos los días...
Esa nota atravesó el tiempo y se hizo presencia en el fondo de mi alma... para que yo nunca me olvide de buscar el Don y la felicidad que está escondida entre las notas de la canción que nuestra alma canta siempre que lo encontramos...
Será por coincidencia que Domingo comienza con Do...