Probablemente, uno de los sentimientos universales e innatos más fuertes que cargamos, es el miedo a la traición; la sensación avasalladoramente dolorosa de ser cambiados, sustituidos, engañados, subestimados.
Reza el dicho: “Quien aún no lo fue, un día – más tarde o más temprano - lo será”! Si lo será o no, realmente no lo se. Solo se, que quien ya lo fue, se siente oprimido por un dolor que no tiene consuelo, que no se anestesia, que no se cura hasta que se pueda comprender que la traición es una actitud personal y no dirigida, direccionada.
Pero, finalmente, más que hablar de la traición propiamente dicha, mi intención aquí es dar una mirada a la realidad después del hecho o delante de la fantasía. Es reflexionar sobre el poder de destrucción que hecho y fantasía ejercen sobre una persona, al punto de desmoronar su propia imágen, su propia estima y todas las convicciones sustentadas hasta el momento en que ella se ve delante del veredicto (o de la mera posibilidad): traicionada!
Vi el filme “DON” y me sumergí en la insanía de un hombre dominado por los celos por la mujer amada. Sus ojos, sus oídos, su mente, y, finalmente su corazón, se dejaron traicionar... no por ella, sino por el miedo terrible de ser traicionado. En lugar de disfrutar del amor ofrecido por su mujer, en lugar de vivir la oportunidad de una linda historia, él se dejó consumir por fantasmas, que con intensidades diferentes, nos aterrorizan a la gran mayoría, en algún momento de nuestras vidas. Y así, la historia se perdió, se convirtió en tristeza, como bien dijo la mujer amada.
Una tristeza que arde, que grita, que transforma toda la vida en una amenaza que no descansa, que atormenta y nos ronda días y días, del comienzo al fin. Cualquier sosiego es imposible delante frente a los celos, la desconfianza, la posibilidad de perder el amor del otro.
En tanto, entre el miedo de ser traicionado y el hecho consumado, puede no haber un puente. O sea, el miedo es de uno y el acto es del otro y no siempre, uno depende del otro para existir. Hay quien pasa la vida entera con miedo, sin haber sido nunca traicionado. Hay quien ha sido traicionado y, no por eso, se siente dominado por el miedo. De un lado, la fantasía, la imaginación, la capacidad de “ver el pelo en el huevo”, como dicen. Del otro, la consumación del hecho, la desilusión, la desconsideración en cuanto verdad acordada, en cuanto actitud tolerada dentro del amor.
Pero a despecho de ser fantasía o acto real, quiero enfocar la angustia de quien se ve mordido por los grandes dientes de los celos y de la inseguridad, de la sensación de inexistencia, de pequeñez, de haber hecho (o hacer en el futuro) el papel de “otario”. ¿Qué hacer? ¿Como librarse de estos sentimientos tan equivocados y distorsionados? ¿Como dejar de ver lo que no existe o de sufrir por la elección irrespetuosa del otro?!? ¿Cómo comprender, de una vez por todas, que amor y posesión no combinan, que el amos desapegado es más evolucionado, más espiritualizado, más iluminado?!? ¿Cómo tornarse lo bastante maduro para dejar libre al amor, sin que eso sea apenas una bellísima frase para el final de una película?!?
¿Usted tiene alguna sugestión?
Sinceramente, no tengo ninguna receta lista, pero pienso que cuando la situación pierde la referencia personal, esto es, cuando el problema deja de ser “el traidor” para ser “el traicionado”, tal vez usted deba buscar ayuda a fin de reconstruir sus propios límites personales, a fin de saber donde termina usted y comienza el mundo o hasta donde usted puede “controlar” el mundo y las personas (o a la persona amada) y sentirse responsable por lo que ellas escogen.
Entretanto, aún cuando yo no me comprometa a responder todos los mensajes, me gustaría recibir su sugestión, en el caso que tenga una. Queda entonces la cuestión: ¿Que hacer contra el miedo o el dolor de ser traicionado? ¿Es posible no sentir miedo o dolor? ¿Cómo amar de manera desapegada e incondicional?
Porque, además, somos todos uno, parte de un gran cuerpo, de un único corazón. El dolor de uno es el dolor de todos. Y la respuesta de cada uno es parte de la respuesta de todos. El objetivo es comprender que la traición no puede ser otra cosa que aquello que hacemos o dejamos de hacer para nosotros mismos!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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