Tensión, irritación, falta de paciencia, incapacidad de ver el lado bueno de la vida y mala cara no son, en ningún caso, estimulantes. Muy por lo contrario, son verdaderos agentes desalentadores e inhibidores del amor.
¡Relax, baby!
Está comprobado que personas bien humoradas, receptivas a las bromas y de bien con la vida, alegres y dispuestas a encontrar una salida para los problemas – en vez de un problema para cualquier salida – son más fácilmente amadas, deseadas y queridas. Créame usted o no, hay personas que ya se acostumbraron tanto a mantenerse con mala cara que más que tener un motivo, ellas tienen una manía, o sea, ni se dan cuenta de que están constantemente mal humoradas, apartando las personas con la impresión de que son portadoras de alguna especie de virus que provoca insatisfacción, mala suerte y azar. Despertar al lado de alguien que se siente privilegiado de estar vivo, con salud y ser capaz de reconocer las cosas buenas de la vida es realmente mucho más gratificante que despertar con alguien que parece haber dormido de cabeza para bajo y sin la compañía de los murciélagos, pues ni ellos lo soportan. Infelizmente, existen muchas personas mal humoradas que se comportan de esta manera solamente cuando llegan a la casa. En verdad, yo no consigo pensar en una razón que justifique tal comportamiento, pero arriesgo a decir que se sienten incapaces de darse por satisfechos consigo mismos, con sus conquistas – o la completa falta de ellas – y acreditan, erróneamente, que la persona amada es obligada a soportar todas las suyas neurosis y malogros como si fuera parte del relacionamiento. Propongo que empecemos a nos dar cuenta del cuanto el buen humor es importante; no obstante, él es esencial para facilitar la vida, atraer buena energía y, consecuentemente, resultados satisfactorios.
Sugiero que empecemos a practicarlo, a tornarlo parte intrínseca de nuestro modo de ser, de vivir y sobretodo de amar. Ser bien humorado es ser sutil, es ser una persona alegre, que reí con risa impetuosa y ve la gracia y la magia de cada día, del sol, de la lluvia, de las flores, de los colores y de cada uno. El buen humor altera el organismo de quien lo practica y de quien convive con los bien humorados. Puede ser exagero pero confíe: el buen humor es la vitamina y la salvación de amores enfermizos, débiles, sin vida, sin sabor, sin brillo. Acordase de un chiste de tiempo en tiempo, acepte a ser la mira de una broma, haga burlas inteligentes, arriesgue una música antigua, un paso de danza, un comportamiento de niño. Arriesgue ser un poquito, solo un poquito que sea, más feliz que ha sido últimamente. Cambie su dinámica, mejore el humor e intente, cuando menos, ver el lado positivo de cada situación. Así, usted estará contribuyendo significativamente para devolver la fuerza, la salud y la luminosidad de su amor.
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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