La vida nos exige todo el tiempo, la necesidad de desarrollar nuestra autoestima y nuestra auto confianza. Al final, dicen algunos, que la realidad de este mundo no es para los débiles o los miedosos. Estos, engrosarán el equipo de los fracasados y perdedores.
Pero esa no es una tarea fácil. Si no tuvimos una historia de vida en la que nuestros talentos y cualidades hayan sido estimulados desde muy pequeños, se hace difícil en la edad adulta, asumir una postura segura ante el mundo.
Además de eso, frecuentemente surge la cuestión: cómo desarrollar la auto confianza sin dejarnos contaminar por la arrogancia y el orgullo? Esta tarea sólo puede ser emprendida por quien jamás pierde de vista su origen espiritual y el desafío constante que es para nosotros, espíritus encarnados, desarrollar el amor por si mismos, manteniendo bajo control las actitudes impuestas por el ego.
El maestro hindú, (Paramahansa Yogananda fue el primer gran maestro de la India que vivió en Occidente por un largo período (más de treinta años). Él fue el último de una sucesión de tres grandes maestros hindúes (Mahavatar Babaji, Lahiri Mahasaya y Swami Sri Yukteswar), teniendo la misión de traer para el Occidente el redentor mensaje y técnica de kriya yoga a través de la Self-Realization Fellowship. Excepcional autodidacta, explica con claridad en su libro, "Autobiografía de Un Yogui", las leyes sutiles, más definidas, por las cuales los verdaderos yoguis realizan milagros y alcanzan el autodominio.) Paramahansa Yogananda(*), abordó la cuestión de la autoestima en sus escritos y en las diversas conferencias que realizó alrededor del mundo.
Veamos lo que nos dice sobre el tema:
“Un complejo de inferioridad es tan malo como un complejo de superioridad, porque si te sientes inferior, entonces no puedes manifestar aquello que en ti es verdaderamente superior.
Entonces recuerda: inherentemente eres un niño de Dios, por eso es equivocado y doloroso pensar que eres inferior; y pensar egoístamente que eres superior y comportarte de forma inferior.
Cuando traes a colación tu propio ego, ocultas a Dios en tu interior. Entonces evita tanto el complejo de superioridad como el de inferioridad; ambos retardan el progreso del alma. Debes sentir que Dios está contigo siempre, guiándote, y que Dios es tu mayor amor, y tu Superior.
Cuando eres uno con Él, te consideras un siervo de todos; de esa forma no puedes pensarte superior. Y porque Él está contigo, no sería verdadero para Dios en ti, pensarse inferior.
Lo que eres, es mucho mayor que cualquier cosa o cualquier persona que jamás hayas deseado. Dios se manifiesta en ti de una manera que no está manifiesta en ningún otro ser humano. Tu cara no es como la de nadie más, tu alma no es como la de nadie más, te bastas a ti mismo; pues en el interior de tu alma está el mayor tesoro de todos - Dios.
Si tu conciencia te dice todo el tempo que estás haciendo algo equivocado o
que te estás comportando mal, cómo puedes esperar convivir bien contigo mismo? Y cuando encuentres a otros verás que ellos no extienden su confianza o buena voluntad a ti, porque una persona que va contra su conciencia, sospecha de sí misma, y eso se refleja en su carácter. La conciencia del hombre habla con él todo el tiempo, y está constantemente invitándolo para que cambie y se comporte correctamente.
La única manera de mantener la afección o el respeto de otra persona es aplicar la ley del amor y merecer ese reconocimiento por automejoramiento. El amor y sus contrapartes jamás pueden ser adquiridos o preservados por exigencias, por limosnas o por chantaje...
El verdadero amor no puede ser comprado. Para recibir amor, es necesario darlo libremente, sin condición... La realización está en mejorarse constantemente de forma que, al revés de que busques en los otros, los otros te busquen. Da amor y amistad sin esperar o exigir nada a
cambio. La expectativa hará de ti una víctima de la miseria. Aún cuando estés luchando para mejorarte, aprende a aguantar solo, seguro en tus propias virtudes y auto-valía.
No importa cuáles sean tus dificultades, si no desistes, estarás progresando en tu esfuerzo contra la corriente. Y esforzarse es ganar a favor de Dios... A lo largo de algunas encarnaciones has sido un ser humano, pero por toda la eternidad has sido un niño de Dios.
Nunca pienses en ti mismos como un pecador, porque el pecado y la ignorancia son sólo pesadillas mortales. Somos como oro en el barro: cuando el barro de la ignorancia es removido, el oro brillante del alma, hecha a imagen y semejanza de Dios, es visto en el interior.
El Divino Espíritu no es un tirano. Él sabe que nos colocó en un mundo de ilusión. Él sabe que tenemos problemas; Él conoce nuestros esfuerzos. El hombre sólo aumenta la oscuridad interior de su ignorancia espiritual cuando se piensa a sí mismo como un pecador.
El Señor quiere que escapemos de ese mundo ilusorio. ...Pero sólo tienes que recordar que eres Su niño. No sientas pena por ti. Eres tan amado por Dios como Jesús y Krishna. Debes buscar Su Amor, pues engloba libertad eterna, alegría sin fin e inmortalidad.
El amor de Dios es tan omniabarcador que no importa qué males hayamos hecho, Él nos perdona. Si Lo amamos de todo corazón, Él borra nuestro karma.
Ámalo, habla con Él cada segundo de tu vida, en la actividad o en el silencio, con oraciones profundas, con el deseo incesante de tu corazón; y verás desvanecerse la pantalla de la ilusión.
No hay amor más dulce que el amor que Él da a aquellos que lo buscan... Si meditas profundamente, sentirás un amor tal sobre ti que ningún idioma humano podrá describirlo; entonces conocerás Su amor divino, y serás capaz de dar este amor puro a los otros... Cuanto más medites, buscando a Dios con un deseo ardiente, más sentirás este amor en tu corazón”.
Elisabete Cavalcante es Tarotista, Astróloga, Consultora de I Ching y Terapeuta Floral. Atiende en São Paulo.
Publicado por Elisabeth Cavalcante
em STUM WORLD
