En un primero momento esta palabra nos remonta a un gigantesco Océano que baña al mundo del otro lado del Atlántico. En otra reflexión, me remonta a aquel mirar de ciertos maestros. Mirar penetrantes, bondadosos, cariñosos, de un amor incondicional que sólo puede venir de lo alto del Universo. Un mirar del otro mundo.
Cuando me topo con un mirar de estos me siento protegida frente a la cantidad de amor y compasión que ellos transmiten y al mismo tiempo tengo la certeza de que este mirar pacífico me dice: “Continúe creyendo y practicando la impermanencia, el desapego, la anulación del juzgamiento, la bondad, la generosidad y el amor incondicional” (Sin condiciones. No pide nada a cambio).
Es un mirar que está sobre y más allá de todo, como apuntando el camino para la eterna paz y felicidad.
Nada esconde ni guarda este mirar pacífico. Bienes materiales, sentimientos, deseos, apegos.
Ellos no quieren nada de este mundo y en un guiño cómplice nos están diciendo que tampoco es conveniente que la gente quiera.
No hay nada fuera de nosotros. No hay nada fuera de esta mirada. Está todo dentro, en lo íntimo, en el océano de nuestras almas eternas e infinitas. En el océano pacífico de cada uno de nosotros.
He visto este mirar en muchos maestros que van pasando por mi vida. Uno de ellos fue en un encuentro con un Venerable que Bel César me facilitó aproximarme cuando las reliquias de los budistas estuvieron aquí en el Brasil por segunda vez. Puse mis ojos en aquella mirada bien de cerca y las lágrimas salieron de mis ojos. Yo no quería llorar. No sabía que iba a llorar. Y mi Espíritu lloró de alegría en el reencuentro con el Espíritu de él. Yo no conseguía dejar de llorar. No me sentía disminuida o impotente. Nada de eso. Me sentía profundamente feliz. Mis ojos y mi cuerpo querían abrazar a aquel ser que estaba a nuestros frente mirando nuestra alma a través de todo aquel espacio.
Si, somos todos seres de luz. Venimos todos de la misma fuente. Estamos aquí buscando esta religación que el mundo del ego nos robó. Estamos aquí en busca de aquel estado de no miedo que tanto nos libera.
Busco este mirar pacífico por todos los lugares que ando y lo he visto cada vez más. Con certeza, porque, sin pretensión, siento que este mirar ya comienza a ser parte de mi. Por lo tanto, al estar dentro de mí podrá mostrarse fuera de mí.
Crean: no hay porque tener prisa. No hay porque salir corriendo. No tenemos para donde ir. La paz infinita, el camino y todo que usted siempre buscó está detrás de su mirar. En la parte de adentro del Universo sin fronteras que sólo puede ser visto con la conciencia.
Izabel Telles é terapeuta holística e sensitiva formada pelo American Institute for Mental Imagery de Nova Iorque. Tem três livros publicados: "O outro lado da alma", pela Axis Mundi, "Feche os olhos e veja" e "O livro das transformações" pela Editora Agora. Visite meu Instagram. Email: Visite o Site do Autor
Publicado por Izabel Telles
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