Necesitamos aprender a diferenciar la presión externa de la interna. Cuanto más rígidos y exigentes somos con nosotros mismos, menos capacidad tendremos de colocar límites en la presión externa. Al paso que, cuando aceptamos nuestros límites, rescatamos la autoridad interna, capaz de decir no para la presión externa. Atención: el mundo continuará presionándonos en cuanto lo toleremos silenciosamente.
Muchas veces, estamos tan ocupados en el hábito de adaptarnos al sufrimiento que no tenemos tiempo ni de pensar en salirnos de él! Podemos tomar actitudes en relación a las situaciones que nos paralizan. Este fue la mayor enseñanza que pude sacar de la terrible experiencia de haber sido víctima de un secuestro-relámpago que duró casi tres horas.
Eran las ocho horas de la noche. Estaba conversando con una amiga en el carro cuando fuimos sorprendidas por dos hombres armados que tomaron la dirección del automóvil con la finalidad de asaltarnos y retirar dinero del cajero electrónico con nuestras tarjetas. Después de haberles dado nuestras claves, esperábamos que ellos retirasen el dinero y nos liberaran. Sin embargo, continuaron rodando con nosotros por San Pablo por un largo tiempo. Cuando pasábamos por lugares conocidos, sentía una cierta seguridad. Cantaba mantras internamente. Pero cuando percibí que nos llevaban fuera de la ciudad, me estremecí. Hasta entonces, yo me estaba adaptando al sufrimiento: intentando no despertar rabia en los asaltantes. Fue solamente cuando me vi delante de la amenaza de un peligro mayor que pensé: “Esta situación no es para ser vivida. Por lo tanto, no es el caso pedir protección para lidiar con ella, pero si para salir de ella!”. Entonces, me concentré en Lama Gangchen Rinpoche y le pedí que me diera fuerzas para actuar de la forma correcta. Tuve, entonces, coraje de decir: “Nosotros ya hicimos nuestra parte, ahora es el momento de ustedes hacer la suya: nos sueltan. Yo tengo una hija de trece años que está sola en casa esperándome”. Fue como un pase de magia! No lo podíamos creer. Disminuyeron la velocidad del carro, y dos cuadras más adelante, pararon el carro y nos dijeron: “Ustedes se pueden ir”. Con las piernas temblando, dejamos el carro casi en cámara lenta. Y ellos huyeron inmediatamente.
Me gusta contar esta experiencia porque ella nos recuerda la fuerza que surge cuando decidimos dejar, de hecho, el sufrimiento y nos conectamos con nuestro maestro interior.
La vulnerabilidad en la cual me encontré en las primeras semanas después a este hecho, me reveló una fragilidad hasta entonces desconocida. Antes, yo, inocentemente, pensaba que mi calma interna me protegería de situaciones externas negativas. Ese secuestro-relámpago me enseñó que la realidad tiene dos vías: el modo como percibimos el mundo y el modo como el mundo nos percibe. El mundo externo nos puede violentar aún cuando nuestro mundo interno está en paz.
Cuando la presión externa es mayor de lo que es nuestra capacidad de lidiar con ella, la presión interna aumenta y sentimos que se rompe el escudo de seguridad que nos protegía de la violencia externa.
Robert Sardello, escribe en Liberte su Alma del Miedo (Liberte sua Alma do Medo) (Ed. Fissus): “El miedo surge en el alma cuando el cambio ocurre más rápido de lo que nuestras capacidades anímicas consiguen acompañar. Muchos miedos que experimentamos ahora tienen que ver con el futuro llegando antes de tiempo. Somos empujados mucho más allá de nosotros mismos, emocional y psíquicamente, y un tremendo estrés resulta de esa discrepancia fundamental”.
Es preciso remover las marcas del miedo en nuestro continuum mental. Peter Levine explica, en El despertar del Tigre (O despertar do Tigre) (Summus Editorial): “El choque traumático ocurre cuando experimentamos acontecimientos potencialmente amenazadores a la vida que superan nuestra capacidad para responder de modo eficaz”.[...] Y a continuación: “Un humano amenazado precisa descargar toda la energía movilizada para negociar esa amenaza o se tornará una víctima del trauma. La energía residual no se va simplemente así. Ella persiste en el cuerpo y, con frecuencia, fuerza la formación de una gran variedad de síntomas: por ejemplo, ansiedad, depresión y problemas psicosomáticos y comportamentales. Esos síntomas son el modo del organismo contener (o acorralar) la energía residual no descargada”. Pero no estamos condenados a cargar el trauma: podemos liberarnos de esa energía residual!
Cuando comprendemos que el miedo surge de una asociación mental, o sea, que él es una creación de nuestra mente, nos sentimos menos amenazados y comenzamos a liberarnos de la tensión que él desencadena. Con esta comprensión, podemos aprender a relajarnos y a encarar nuestros miedos de manera directa. Así, comenzamos a abrirnos para sentir la energía de la confianza incondicional que existe naturalmente en nuestro interior.
Texto extraído del “El Libro de las Emociones” Reflexiones inspiradas en la Psicología del Budismo Tibetano de Bel Cesar, Ed. Gaia. (“O livro das Emoções – Reflexões inspiradas na Psicologia do Budismo Tibetano” de Bel Cesar, Ed.Gaia.)
Bel Cesar é psicóloga, pratica a psicoterapia sob a perspectiva do Budismo Tibetano desde 1990. Dedica-se ao tratamento do estresse traumático com os métodos de S.E.® - Somatic Experiencing (Experiência Somática) e de EMDR (Dessensibilização e Reprocessamento através de Movimentos Oculares). Desde 1991, dedica-se ao acompanhamento daqueles que enfrentam a morte. É também autora dos livros `Viagem Interior ao Tibete´ e `Morrer não se improvisa´, `O livro das Emoções´, `Mania de Sofrer´, `O sutil desequilíbrio do estresse´ em parceria com o psiquiatra Dr. Sergio Klepacz e `O Grande Amor - um objetivo de vida´ em parceria com Lama Michel Rinpoche. Todos editados pela Editora Gaia. Email: [email protected] Visite o Site do Autor