Nosotros seres humanos, completamente duales, por cierto, no nos ponemos muy de acuerdo con esa frase. Al final de cuentas tenemos nuestros hijos, nuestras mujeres, nuestros maridos, nuestros amigos y nos sentimos dueños de la vida de cada uno de ellos... Nos creemos con el derecho de mandar y desmandar, con el derecho que hagan aquello que creemos correcto.
Pero bien, ¿correcto para quien?
Correcto para nosotros mismos, estoy segurísimo de eso. Si, queremos siempre dirigir todo y a todos, sin preguntarnos si eso es lo que ellos quieren... Y así nomás...
Madres queriendo hijos ingenieros; padres queriendo hijas abogadas. Esposas... maridos dedicados y apasionados; los maridos... mujeres sumisas, eternas novias.
Compañeros románticos, sin ceder ni siquiera un párrafo, una coma, al final somos todos dueños de la razón, pero ¿cual razón? ¿Será la de hacer al otro callar? ¿Tener siempre el derecho al punto final de la frase? O es llegar a un consenso a través del diálogo, simplemente reconociendo la razón del otro, despojándonos del orgullo, que tanto endurece
Nuestra alma.
No quiero aquí embanderar al individualismo, muy por el contrario, como ya dije antes, somos duales, necesitamos de compañía para dividir nuestra vida, nuestros problemas, deseos y sueños, pero precisamos respetarnos uno al otro, respetar al individuo, sin querer inculcar en él nuestras frustraciones, nuestras ansiedades, nuestras angustias y nuestro control.
Nosotros en ese plano, estamos como maridos, esposas, hijos, padres, madres, abuelos, amigos, pero somos mucho mas que eso, somos espíritus que precisa vivir esa experiencia y crecer como un ser de luz; cuando podamos entender que dentro de nosotros existe el Yo individuo real, quedará mas fácil comprender a las personas que nos rodean, porque ellas están al lado nuestro y no es por casualidad, y si para crecer junto a nosotros , es un intercambio, una elección nuestra, hecha bien antes de nacer, por lo tanto, intenten entender el porqué de nuestros problemas en este plano, El porqué... De esa gente toda en nuestra vida... nosotros la elegimos , ya estuvimos con todas ellas en otro lugar y tiempo. Tu elegiste a tus padres, la casa donde vives, los amigos que tienes; por lo tanto, no reclames de ellos... Tu elegiste a la persona que hoy está junto a ti, no luches contra eso y no quieras ser el dueño y la dueña de nadie, porque todos nosotros estamos, pero no somos.
Realmente es muy difícil de entender, es difícil dejar de lado el egoísmo, ¿por qué? Personas a quien amamos nos hacen tanto daño... buscamos en nuestra mente, nuestro corazón y no logramos entender la razón de esta actitud. Cuanto mas nos dedicamos, más nos hacen sufrir. Es muy simple... Nuestra dedicación vale para que el otro evalúe tu historia en relación a su propia historia, pero la dedicación no es sinónimo de poseer, si así fuera, los hijos jamás saldrían de la casa de sus padres, aunque eso sea necesario para que ellos evalúen, para que aprendan, aunque sea quebrándose la cara, para que al final reconozcan el valor de la casa de sus padres, para que construyan su propia casa espejándose en la casa que les tocó vivir.
Amamos tanto a una persona que pasamos nuestra vida en función de ella, y de repente ella se nos escapa, alguien se la lleva, y tu vas hasta el fondo del pozo, creyendo que no merecías ese disgusto, que ibas a morir sin esa persona... Sé que es difícil, pero aquieta tu corazón... quien muere no eres tu, y si esa persona para ti, pues tu hiciste todo para que mereciese tu amor, pero ella no lo quiso, no entendió o precisó conocer otra historia y ¿quién eres tu para impedírselo? Puedes estar seguro que si la persona evaluó y no se sintió feliz en el camino que eligió, esa persona volverá y cuando eso suceda jamás se irá de nuevo. Ahí te restará aceptarla o no, pero nunca jamás como si fueras su dueño. Intenta no ser egoísta, ya que “el amor solo perdura en libertad”.
Procura entender, por mas difícil que sea, que todos nosotros tenemos deseos propios y que no sirve querer que los demás vivan a merced de nuestra voluntad, de nuestras carencias; eso cada uno de nosotros tendremos que vivenciarlo.
Trata muy bien a la persona que tu eres en este plano, pues será la única persona que convivirá contigo en estas vida.... porque nadie es de nadie.