Como una persona fallecida puede beneficiarse con nuestras oraciones?
Nuestra cultura está basada en comprobaciones científicas: precisamos primero entender algo para después creer en él. Esta premisa es válida en las situaciones materiales, esto es, situaciones posibles de ser medidas. En tanto, cuando se trata del mundo sutil, tenemos que tener métodos de investigación que sean también sutiles. Esto es, para comprender el poder de las oraciones precisamos inicialmente reconocer el poder de la energía sutil que las palabras poseen, así como nuestra capacidad sutil de ser receptivos a ellas.
El budismo tántrico reconoce la existencia de los niveles materiales, sutil y muy sutil del cuerpo, de la mente y de los elementos externos e internos. Esos aspectos son indivisibles. El cuerpo significa el aspecto de la forma y la mente es su conciencia correspondiente.
La energía fluye del muy sutil hasta el material. Así como el mundo exterior es una proyección de nuestro mundo interior, el mundo interior sufre influencias del mundo exterior. En este sentido, todos los fenómenos surgen de la infinita potencialidad del vacío a través de los niveles sutiles hasta manifestarse en el nivel material que es palpable y conceptual. En seguida, todo se disuelve de vuelta al vacío en un proceso interminable de transformación. Esta es nuestra respiración colectiva.
Cuando estamos despiertos nuestros pensamientos, sentimientos y percepciones están continuamente apareciendo y desapareciendo, subiendo y bajando a través de los niveles materiales, sutiles y muy sutiles de conciencia: concientizamos la realidad e intuitivamente la incorporamos.
En el nivel de la materia, nuestra conciencia opera por medio de los sentidos. Como operamos la mayor parte del tiempo en ese nivel, no nos damos cuenta de que son nuestros sentidos sensoriales que atribuyen cualidades al mundo externo. Nuestros sentidos son condicionados por las experiencias ya asimiladas en nuestro mundo interno, así como por los hábitos de vidas anteriores. En ese nivel, pensamos existir de modo independiente, separados del mundo externo. Esta es una ilusión que, gradualmente, nuestra cultura ya es capaz de reconocer y admitir. Pero aún nos resistimos a aceptar los niveles más sutiles de existencia.
El budismo nos alerta con una importante información: la mente sólo depende del cerebro para funcionar en los niveles materiales, esto es, la mente continúa existiendo en los niveles sutiles y muy sutiles independientemente del cuerpo humano. En este sentido, si reconocemos esos niveles sutiles de existencia, no tendremos dificultades para comprender la continuidad de nuestra conciencia después de la muerte.
Según el budismo tibetano, al morir pasaremos por un período de hasta 49 días, conocido como Bardo: un estado intermedio entre la muerte y el próximo renacimiento. Bardo significa "entre", como "entre a vida y la muerte".
En este estado sutil, nuestra conciencia muy sutil es capaz de percibir todo. Pero como nos familiarizamos con el proceso pos-mortem, acostumbramos verlo como misterioso.
Son métodos que actúan en el nivel sutil: los mantras sagrados, las bendiciones de los Lamas, los altares bendecidos por ellos, así como la intención sincera de aquellos que rezan durante la meditación.
La mente sutil en el estado del Bardo se torna siete veces más lúcida que en vida. Esto puede ser la causa de un gran sufrimiento o de un gran beneficio. Por eso, los Lamas nos alertan que en los días sucesivos después de la muerte de una persona, debemos buscar tener un comportamiento calmo para enviar energía positiva para ella y no perturbarla.
A rezar para una persona que murió, estamos enviando esencialmente luz: energía mental sutil creada por la intención de nuestras visualizaciones, aromas y sonidos. Para los seres del bardo, no importa si rezamos en tibetano, en griego o en portugués, pues en la esfera sutil no existen los obstáculos creados por la mente conceptual. Lo más importante es que nuestras oraciones sean sinceras, esto es, que no sean realizadas mecánicamente.
En las meditaciones de la Sed de la Vida de Clara Luz seguimos las instrucciones de los maestros tibetanos, en especial de Lama Gangchen Rinpoche y Lama Michel Rinpoche. Ellos dan gran importancia para el hecho de meditar para aquellos que fallecieron, así como dejar por un tiempo el nombre de las personas en altares. A pesar de no tener la dimensión del poder de nuestras meditaciones, estamos seguros de que son benéficas, al final el poder positivo de nuestros rezos ya se siente en el mismo momento en que estamos realizando la práctica. La sensación de rezar es gratificante para todos!
Bel Cesar é psicóloga, pratica a psicoterapia sob a perspectiva do Budismo Tibetano desde 1990. Dedica-se ao tratamento do estresse traumático com os métodos de S.E.® - Somatic Experiencing (Experiência Somática) e de EMDR (Dessensibilização e Reprocessamento através de Movimentos Oculares). Desde 1991, dedica-se ao acompanhamento daqueles que enfrentam a morte. É também autora dos livros `Viagem Interior ao Tibete´ e `Morrer não se improvisa´, `O livro das Emoções´, `Mania de Sofrer´, `O sutil desequilíbrio do estresse´ em parceria com o psiquiatra Dr. Sergio Klepacz e `O Grande Amor - um objetivo de vida´ em parceria com Lama Michel Rinpoche. Todos editados pela Editora Gaia. Email: [email protected] Visite o Site do Autor